domingo, 29 de marzo de 2015

Pésaj: Entre la pirámide y el círculo

En esta Pésaj debemos reflexionar en lo que dejamos en Egipto, y lo que recibimos después del Éxodo. La mayoría de nosotros conocemos la historia, pero tomemos en cuenta algo además de esclavitud y libertad, sumisión e independencia, alienación e identidad. Nuestros sabios místicos llaman a Egipto e Israel dos niveles de conciencia opuestos que no están destinados a coexistir juntos. Ellos destacan que vivir en Egipto bajo el dominio del faraón fue una aberración.

Nuestra tradición oral señala que la sociedad egipcia era la más depravada y abyecta de la antigüedad. Los hijos de Israel no solo vivieron en esa nación sino que fueron esclavos en ella. Ante los ojos de las naciones vecinas, los israelitas vivían en lo peor de la condición humana. También parecía imposible escapar de la esclavitud bajo quienes gobernaban la que era considerada la nación más poderosa de su tiempo.

Nuestros sabios también indican que, precisamente esta era la clase de realidad que Dios eligió para hacer ver al mundo Su preferencia por los hijos de Israel. La piedra que despreciaron los constructores se convirtió en la piedra angular. Dios lo quiso así, y es algo que las naciones no pueden cuestionar ni rechazar, ya que se trata de la voluntad de Dios.

Bajo estas circunstancias el Creador de todo cumplió Su promesa a los patriarcas hebreos, Abraham, Isaac y Jacob. Así los dramáticos acontecimientos que ocurrieron no solamente estaban dirigidos hacia la liberación de Israel, sino un claro y rotundo mensaje para el mundo respecto a la voluntad de Dios. Las plagas y el Éxodo fueron el preámbulo de la culminación de ese mensaje que es la Torá.

La Torá contiene la distinción entre el bien y el mal, correcto e incorrecto, falso y verdadero, útil e inútil, etc. La Torá delinea los principios éticos que el Creador quiere hacer prevalecer en la humanidad, e Israel el pueblo elegido para entregar dicho mensaje. En este contexto debemos asimilar el significado transcendental de nuestra liberación de la esclavitud en Egipto bajo el faraón.

La destrucción de la nación más poderosa de la tierra en su tiempo es la premisa para la identidad judía. De ahí que Dios nos encomiende recordar esto diariamente, ya que es parte de lo que somos. Igualmente debemos asimilar que nuestro Éxodo de Egipto también implica nuestro rechazo a lo que Egipto representa en la conciencia humana.

El símbolo más emblemático de Egipto es la pirámide. La mayoría de nosotros sabemos lo que significa, además de ser la tumba de uno de los faraones. Como tumba la pirámide representa la muerte, la cual era la principal veneración en el antiguo Egipto, el culto a la muerte. Así nos damos cuenta de una de las razones por las que Israel es lo opuesto a Egipto.

Reflexionemos sobre el otro significado de la pirámide. Carlos Marx usó el modelo piramidal para exponer las divisiones entre clases, y los "niveles" que determinan los conflictos y contradicciones, que según él generan la "lucha de clases" que eventualmente conduce a revoluciones cuyo objetivo es procurar y establecer la "igualdad" entre la gente. Desde tiempo inmemorial el modelo piramidal ha regido en la mayoría de los pueblos y naciones del mundo. Aquí lo llamaremos la "mentalidad" de los goim (usualmente traducido como “naciones”).

Dios pidió a Moisés pedirle permiso al faraón para dejar salir a los hijos de Israel al desierto para una jag (usualmente traducida como “festividad”, pero literalmente significa “estar en círculo”) dedicada a su Dios, HaShem. Esta palabra nos lleva a entender que el Dios de Israel quiere que Su pueblo esté unido en un círculo alrededor de Él, no debajo de Él. Dios no quiere que el modelo piramidal domine en el mundo, sino el circular.

El pueblo de Israel lo vivió y lo experimentó durante su trayectoria en el desierto por 40 años. Dios estaba en el centro (el tabernáculo), y el pueblo lo rodeaba Él. Algunos podrían argüir que también había niveles y divisiones entre los hijos de Israel después del Éxodo. Ni niveles ni divisiones, sino diferentes funciones de acuerdo al tipo de nación y sociedad que Dios delinea para Israel en la Torá. El pueblo de Israel es inherentemente diverso, de ahí doce tribus con distintos rasgos, cualidades y talentos, todos encomendados a estar “juntos unidos” para server la voluntad de Dios.

En el judaísmo no hay diferencias entre aguatero, leñador, juez, sacerdote, soldado, artista, gobernante, agricultor, etc. Todos son igualmente importantes en la unidad armónica funcional que Israel está encomendada a ser, tener y manifestar. Nuestras diferencias no significan que nos separen sino que nos unan, a diferencia de otras naciones. Desafortunadamente a través de nuestra historia el pueblo judío ha preferido emular el modelo piramidal de las naciones en vez del círculo que nuestra Torá quiere que vivamos.

Es un asunto de identidad, ya que elegimos ser lo que somos con el libre albedrío que Dios nos dio. Esto nos lleva a una las propuestas que Dios nos hace en torno a decisiones. La bendición y la maldición. La primera como vida y la segunda como muerte, y Él nos ordena elegir la vida. De ahí que seamos el pueblo que elige la vida sobre la muerte predicada y venerada en el antiguo Egipto, y también en nuestros tiempos bajo el mandato de los islamofacistas.


Reunámonos juntos unidos otra vez en esta Pésaj venidera, tal como lo hicimos luego de nuestra milagrosa liberación de la esclavitud en Egipto. Regocijémonos en círculo alrededor de nuestro Dios, y celebremos la identidad que Él nos dio, honrando nuestra herencia. Volvamos a contarles a nuestros niños quiénes somos, de Quién venimos, y el destinos que debemos realizar juntos unidos.

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (CII) Isaías

En vez de tu vergüenza y confusión, una segunda vez cantarán debido a su porción. Por lo tanto a su tierra por segunda vez la tomarán por posesión, dicha eterna es para ellos.(61:7)

Isaías habla al pueblo de Israel en segunda y tercera persona. Primero, como el pueblo que ha vivido en vergüenza y confusión debido a su separación de los caminos y atributos de Dios. La opción de preferir vivir en las tendencias y rasgos negativos de ego resulta en sus consecuencias, las cuales son vergüenza y confusión. Segundo, como el pueblo que retorna a su esencia y verdadera identidad, que son nuestra dicha y alegría (nuestrocanto”).

Una vez que abracemos completamente lo que realmente somos, regresaremos por segunda vez a tomar posesión de nuestra preciosa Tierra Prometida, la cual también es nuestra dicha que esta vez será eterna.

Por que Yo soy el Eterno que ama justicia, que odia el saqueo como ofrenda de elevación. Y Yo les he dado su recompensa con lo verdadero, y hago para ellos un Pacto eterno.(61:8)

El Creador reitera las cualidades éticas de Su Amor, porque Él ama la justicia. De ahí que a Él no le guste condonar el saqueo, robo o pillaje de lo que no es legítimamente nuestro, y tampoco le guste que le ofrenden tales cosas. Nos referimos aquí no sólo a posesiones materiales sino también a cualidades y rasgos ajenos a nuestra verdadera identidad.

Dios no quiere arrogancia, codicia, envidia, lujuria, indiferencia, indolencia, ira ni nada diferente al bien de los modos y atributos de Amor. Estos últimos son nuestra verdad y recompensa que Dios nos otorga como un Pacto eterno con Él.

Y conocida entre las naciones ha sido la simiente de ellos, y sus descendientes entre los pueblos. Todos los que los vean los reconocerán, porque ellos son una simiente que el Eterno ha bendecido.(61:9)

El bien del Amor de Dios es nuestra simiente que también es la Torá como nuestra identidad judía, por la que somos conocidos entre las naciones. Mencionamos a menudo que nuestros descendientes no solamente son nuestros hijos sino también las contribuciones que hacemos al mundo. Debido a estas los hijos de Israel han sido conocidos y reconocidos a través de la historia. El bien que Israel otorga a las naciones es precisamente la simiente que Dios ha bendecido en la conciencia humana.

Yo me regocijo grandemente en el Eterno, mi alma se deleita en mi Dios, porque Él me viste con prendas de redención, con un manto de rectitud me cubre. Como un novio prepara sus ornamentos, y como una novia se engalana con sus joyas.(61:10)

El bien es la razón de nuestra dicha, ya que este proviene del Amor de Dios. Los modos y atributos de Amor son las prendas del bien con el que Dios nos viste. Estos ciertamente son nuestra libertad y Redención de las tendencias y rasgos negativos de las fantasías e ilusiones de ego.

Estas vestiduras son la rectitud y justicia inherentes al bien. En estas nos regocijamos, porque son las prendas y joyas de la verdadera identidad que estamos destinados a ser, tener y manifestar.

Porque, así como la tierra brota sus retoños, y como un huerto hace que su cosecha florezca, ¡así Dios el Eterno hace que la rectitud y la alabanza broten ante todas las naciones!(61:11)

Entramos en la Redención de Dios y la era Mesiánica cuando entronizamos Amor como el regidor y conductor natural de todas las facetas de la vida. Los modos y atributos de Amor son las simientes que plantamos en el campo de la vida, y Amor es lo que brota y florece para ser nuestra rectitud y alabanza.

Esta es nuestra identidad para iluminar el mundo, y hacer que el bien de Amor también sea la semilla y la cosecha para también redimir a las naciones.

domingo, 22 de marzo de 2015

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (CI) Isaías

Y extraños han cuidado y alimentado tu rebaño, hijos de forasteros son tus agricultores y tus viñateros.(61:5)

Nos hemos referido a extrañoscomo tendencias y rasgos foráneosa nuestra naturaleza espiritual. La conciencia es una entidad multidimensional cuya capacidad desconocemos respecto a discernir, percibir, concebir y pensar, o su alcance en lo referente a sentimientos, emociones y sensaciones. Tenemos potenciales para asimilar estas dimensiones según lo que traigamos a ellas.

Frecuentemente decimos que nuestros Sabios místicos consideran estas dimensiones como “vasijas” que no actúan por sí solas sino de acuerdo a lo que vertemos en ellas. De ahí que insistamos en mantenerlas limpias de negatividad y llenarlas permanentemente con las tendencias y rasgos de los modos y atributos de Amor. Así nos damos cuenta que Amor es su propia causa y efecto.

En este contexto, los más elevados principios, valores, ideas y creencias son aquellos que no nos son “extraños” o “foráneos”, ya que son inherentes a nuestra naturaleza espiritual. “Extraño” o “foráneono necesariamente implican que sean rasgos negativos, sino ciertamente algo que no es parte de nuestra esencia e identidad espiritual.

Estos son accesorios en nuestra conciencia para sobrevivir en el mundo material, como son la intensidad emocional con la que experimentamos la vida, y los instintos que nos obligan a mantener trabajando correctamente el cuerpo físico.

De ahí que estos deberían estar subordinados al más elevado propósito que procura nuestra conciencia superior. En nuestro estado actual de conciencia humana muchos de nosotros estamos realmente subordinando lo más sublime de nuestra identidad espiritual a bajos instintos y pasiones, en vez de hacer lo contrario.

El Profeta nos recuerda que en la Redención Final la conciencia Mesiánica es elevada a su destino espiritual mediante virtualmente todos los aspectos y dimensiones de nuestra existencia. Por lo tanto los “extraños” cuidan y alimentan la vida que Dios quiere que vivamos cuando la maldad sea eliminada completamente.

Los foráneossustentan y nutren el bien que esencialmente somos y que estamos destinados a prevalecer por toda la eternidad. Nuestros rebañosyviñedosson todos los aspectos y dimensiones como campos de la vida donde estamos destinados a plantar y cosechar las semillas de los modos y atributos de Amor. Esto mismo se aplica para las nacionescomo veremos en el próximo versículo.

Y sois llamados 'Sacerdotes del Eterno', 'Ministros de nuestro Dios' se dice de vosotros. Consumiréis la fuerza de las naciones, y en su honor os jactaréis.(61:6)

La Torá define la identidad de los hijos de Israel como su propósito en la vida. Israel existe para cumplir su destino, el cual es ser Luz para las naciones. Por ello se nos llama sacerdotes y ministros del Creador para realizar Su voluntad en el mundo material. La alegoría en este versículo se relacionada con el bien que Israel hace para las naciones, razón por la cual Israel se jacta de ello.

En una concepción más elevada, el bien que representa Israel remueve (“consume”) las tendencias y rasgos negativos que representan las naciones. De ahí que el bien al convertirse en la causa, razón y propósito para todos los niveles y dimensiones de nuestra conciencia, también se convierte en nuestro honor del cual nos jactamos.

domingo, 15 de marzo de 2015

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (C) Isaías

El Espíritu de Dios el Eterno está en mí, porque el Eterno me ungió para proclamar buenas nuevas para los humildes. Él me envío a vendar los corazones rotos, a proclamar libertad para los cautivos, a soltar los atados. A proclamar el año del buen deleite del Eterno, y el día de retribución de nuestro Dios, a confortar todos los dolientes.” (Isaías 61:1-2)

El Profeta habla como uno de los hijos de Israel ungidos para cumplir la voluntad del Creador para el mundo material. Este no es sólo un privilegio dado a Isaías sino a todo Israel. En este contexto el Profeta es la referencia individual que debe seguir todo Israel, porque es el pueblo elegido para hacer prevalecer el bien en la conciencia humana.

Así también asimilamos las buenas nuevas como el bien que Dios derrama solamente entre los humildes, porque la humildad es la vasija vacía que Él llena con Su amorosa bondad y verdad. Estas son los principios destinados a conducir todos los aspectos y dimensiones de la vida.

Hemos mencionado con frecuencia lo que nuestros Sabios dicen en torno a los humildes, cuando señalan que Dios no se sienta con los arrogantes, porque están llenos de sí mismos. De ahí que no tangan espacio dentro de sí para que Dios more con ellos.

Debemos vaciar nuestra conciencia de las fantasías e ilusiones de ego para poder llenarla con los modos y atributos de Amor. También seamos conscientes de que estos últimos no coexisten con nada contrario a ellos.

Como hemos indicado antes, la unción de Dios es Su amorosa bondad y verdad para que nos liberemos del predicamento de las tendencias y rasgos negativos. Así es como curamos los quebrantos de corazón, y soltamos las ataduras de adicciones, obsesiones y apegos negativos.

Amor rompe nuestras ataduras y cadenas para proclamarse como nuestro nexo común con el Amor de Dios, el cual es Su buen deleite.

El conocimiento permanente de los modos y atributos de Amor es el día de la retribución de Dios para confortar nuestros días de miseria, sufrimiento y dolor bajo la opresión de la envidia, codicia, lujuria, soberbia, ira, indiferencia, indolencia, frustración, depresión, crueldad y sus sinónimos.

A llamar a los dolientes en Sión, para darles esplendor en vez de cenizas. El aceite de la dicha en vez del dolor, un manto de alabanza para un espíritu de abatimiento. Y Él está llamándolos 'Árboles de rectitud, el plantío del Eterno para adornarlo'. Y ellos han reconstruido la desolación de antaño, la destrucción de los antiguos ellos han levantado. Y ellos han renovado ciudades devastadas, la desolación de generación en generación.(61:3-4)

Sión nuevamente es reiterada como el tiempo y espacio donde nos hacemos plenamente conscientes de nuestro nexo y conexión eternos con el Amor de Dios. Ahí nosotros los dolientes estamos reunidos y convocados para entrar en la nueva conciencia que Dios prometió en Su Redención Final.

En la conciencia Mesiánica Él nos da los adornos de los modos y atributos de Amor, en vez de las cenizas de las fantasías e ilusiones de ego. También nos unge con el aceite que nos hace conscientes de la dicha que Dios quiere que vivamos en nuestro conocimiento de Él. Dicha y alabanza como nuestro más dulce placer y deleite ante Su Luz revelada a nosotros.

En este conocimiento no hay lamentación, abatimiento ni nada distinto a los modos y atributos de Amor. Estos últimos, como nuestra esencia y verdadera identidad, nos hacen ser llamados “árboles de rectitud”, porque estamos destinados a ser el plantío adornado del Creador.

Una vez asimilamos e integramos Amor como nuestro único regidor y conductor de todos los aspectos de la vida, en este conocimiento permanente reconstruimos lo que ha sido destruido y desolado en nuestra conciencia, rectificando y corrigiendo las acciones erradas contra nosotros, contra otros y contra nuestro entorno.

De este modo convertimos lo erróneo en correcto, negativo en positivo, confusión en claridad, resentimiento en gratitud, codicia en generosidad, ira en aceptación, lujuria en esmero, indiferencia en solidaridad, indolencia en ayuda, adicción y apego en liberación, envidia en caridad, crueldad y odio en Amor, tinieblas en Luz.

Las tendencias y rasgos negativos en la conciencia son las ciudades devastadas que debemos reconstruir siendo y haciendo lo opuesto a aquellos.

domingo, 8 de marzo de 2015

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XCIX) Isaías

Los hijos de aquellos que te afligieron vienen inclinados a ti, y todos los que te despreciaron se prosternan ante las plantas de tus pies. Y ellos te llamarán 'La ciudad del Eterno, la Sión del Sagrado de Israel'.(60:14)

Otra vez Isaías reafirma la profecía de que Dios en la Redención Final convertirá las tendencias y rasgos negativos en fuerzas motrices que servirán únicamente el bien de los modos y atributos de Amor. Estos últimos reconocerán y proclamarán el bien como nuestro nexo común y conexión con el Amor de Dios. Esta conexión y nexo eternos son la ciudad de Dios, la Sión del Sagrado de Israel.

En vez de ser abandonado y odiado, sin que nadie pase frente a ti, Yo te he hecho para excelencia eterna, una dicha de generación en generación. Y tú has mamado la leche de las naciones, sí, mamas el pecho de reyes. Y tú has conocido que Yo, el Eterno tu Salvador y tu Redentor, soy el Poderoso de Jacob.(60:15-16)

Israel finalmente será reconocido como el pueblo que Dios ha elegido para revelar Su gloria en el mundo material. Esta gloria es la excelencia y dicha eternas de Israel. La Redención de las naciones será la leche de Israel, porque las naciones servirán el propósito y misión de Israel. Al comenzar la Redención Final, las naciones conocerán que Dios es el Salvador y Redentor de Israel, porque Él es el Poderoso de Jacob.

En vez de bronce Yo traigo oro, y en vez de hierro Yo traigo plata. Y en vez de madera bronce, y en vez de piedra hierro. Y Yo he hecho de tus oficiales paz, y de tus guardianes rectitud. Violencia nunca más se oye en tu tierra, ni desolación o destrucción en tus fronteras. Y tú has llamado a tus murallas 'Redención' y a tus portales 'Alabanza'.(60:17-18)

Dios trae más alegorías en torno a los cambios que esperan en nuestra conciencia. Cualidades negativas o inferiores para convertirse en positivas y superiores en lo que concibamos, pensemos o hagamos.

Nuestros oficiales y guardianes son las guías éticas y morales que serán todas paz y rectitud. Nada ha de ser forzado o impuesto, sino modos y medios pacíficos para conducir todas las dimensiones de la vida.

Rasgos violentos y destructivos desaparecerán de la conciencia, porque Amor, paz y rectitud no cohabitan con nada diferente de sus modos y atributos. Estos ciertamente son los cimientos y murallas de nuestra Redención, y nuestra alabanza del Amor de Dios por nosotros.

Para ti el sol no es más luz por el día, y por brillo la luna no te alumbrará. Y el Eterno ha sido para ti una Luz eterna, y tu Dios tu brillo.(60:19)

El Amor de Dios es nuestra Luz y brillo, y ninguna luz material provenientes del sol y la luna existirán para sostener la vida, porque la Luz de Dios será nuestro único sustento material y espiritual.

Tu sol no se pone más, y tu luna no se oculta; porque el Eterno se vuelve tu Luz eterna, y los días de tu aflicción han sido completados. Y tu pueblo todos ellos con rectos. Por siempre poseen la tierra, una rama de Mi plantío, una obra de Mis manos, para ser adornados.(60:20-21)

Una vez más Dios reitera que Su Luz es lo que verdaderamente necesitamos, porque en ella llegamos a conocerlo a Él y Sus caminos. De esta manera asimilamos lo que quiere decir el Profeta cuando anteriormente dijo que (...) la tierra se llenará del conocimiento del Eterno, como las aguas llenan el mar.(11:9). Así también nos hacemos conscientes de que nuestros días de aflicción en verdad han sido completados.

Cuando sólo rectitud como expresión inherente de los modos y atributos de Amor se manifieste en lo que pensemos y hagamos, no hay lugar para más sufrimiento.

Al permitir que Amor conduzca todos los aspectos y dimensiones de la conciencia, heredamos el mundo material, porque los modos y atributos de Amor son la esencia de nuestra verdadera identidad. Amor es una rama del plantío del Creador, la obra adornada de Sus manos, porque todo proviene del Amor de Dios.

El menor se convierte en jefe, y el pequeño en una poderosa nación. ¡Yo, el Eterno, en su propio tiempo lo apresuraré!(60:22)

Israel es el heredero para realizar y hacer prevalecer la Redención de Dios, y revelar Su voluntad para la era Mesiánica en el tiempo en que Él la apresurará. Y que sea en nuestros días.

domingo, 1 de marzo de 2015

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XCVIII) Isaías

Una manada de camellos te cubre, dromedarios de Medián y Efá, todos ellos de Seba vienen. Oro e incienso cargan, y de las alabanzas del Eterno proclaman las buenas nuevas. Todo el rebaño de Kedar se reúne para ti, los carneros de Nebaiot te sirven. Ellos ascienden para ser aceptados en Mi altar y la casa de Mi esplendor Yo adorno.(60:6-7)

El bien que Dios derrama en Su Creación es lo que Él quiere que conozcamos. Este bien también ha estado en lugares donde no se había visto en la antigüedad, sitios de idolatría (Medián, E, Kedar y Nebaiot) donde la Luz y gloria de Dios estuvieron ocultadas en la conciencia humana. Estas son el oro y el incienso que las alabanzas a Dios proclaman como las buenas nuevas que provienen de Su amorosa bondad y verdad.

Los camellos y dromedarios representan los aspectos animales de nuestra conciencia que están destinados a cargar y manifestar el bien que regirá y conducirá todos las facetas de la vida. Ovejas y carneros son las ofrendas de animales que simbolizan las buenas acciones que elevamos para unirnos al Amor de Dios.

Esto acontece en el más elevado nivel de conciencia que es Su altar en el Templo de Jerusalén. Esta es la casa de Su esplendor que Dios adorna, Su Luz en la que quiere que vivamos permanentemente.

¿Quiénes son estos? Como una densa nube vuelan, y como palomas sobre sus ventanales. Ciertamente por Mí esperan las islas, y las naves de Tarshish primero, para traer a tus hijos de lo lejos. Su plata y su oro con ellos, para el Nombre del Eterno tu Dios para el Sagrado de Israel, porque Él te ha adornado.(60:8-9)

El Profeta se refiere aquí a la reunión de los exiliados judíos y las Tribus perdidas. Isaías pregunta por ellos al comenzar la Redención Final, ya que esta se manifestará cuando todos los judíos retornen a su tierra. Ellos son como palomas que vuelven a sus nidos, y como pueblos de islas que esperan por su retorno de lugares lejanos. Ellos regresarán por y con su inherente bien hacia el bien de los caminos y atributos del Creador, que son Su Nombre por el que lo conocemos a Él, porque es el Sagrado de Israel. El Nombre de Dios es el esplendor con el que Él adorna a Israel.

E hijos de extraños han construido tus murallas, y sus reyes te sirven. Porque en Mi enojo te he golpeado, y en Mi buena placidez Me he compadecido de ti. Y tus portales han estado abiertos continuamente, de día y de noche no han estado cerrados, para traer a ti la fuerza de las naciones. Hasta sus reyes son guiados [por ti].(60:10-11)

Rasgos y cualidades extraños para nosotros serán revelados a nosotros para construir los cimientos de la conciencia mesiánica. Nuestras más preciadas creencias y principios (“reyes”) servirán el propósito que Dios quiere que tengamos en esta fase final de Su Creación.

Hemos dicho repetidas veces que nuestra separación de los caminos y atributos de Dios es Su “enojo”. Nuestra separación del bien de los modos y atributos de Amor nos ha golpeado, pero el Amor de Dios siempre ha estado presente en Su compasión.

El Creador ha abierto permanentemente nuestra conciencia para que fortalezcamos lo bueno en nosotros con las tendencias y rasgos que debemos reorientar hacia pensamientos y acciones positivos. Por largo tiempo hemos permitido que nuestras tendencias y rasgos negativos (las naciones) equivoquen nuestro propósito en la vida. Debemos tomar el control total de ellos para hacerlos servir al bien como único propósito en la vida.

Porque la nación y el reino que no te sirvan perecen, sí, las naciones son un completo desperdicio. La gloria del Lebanón viene a ti. El abeto, el pino, y el ciprés, juntos para adornar el lugar de Mi Santuario. Y Yo haré glorioso el escabel de Mis pies.(60:12-13)

El cambio que Dios promete para nuestra conciencia en la era Mesiánica es absoluto, porque en él no hay espacio para nada negativo. Cada rasgo de la conciencia servirá la voluntad de Dios sin excepciones. Nada que no sea bueno será eliminado. Sólo el bien, la gloria del Lebanón (el Templo de Jerusalén como el pleno conocimiento de nuestra conexión permanente con Dios) conducirá la vida, junto con los rasgos positivos (“árboles”) que lo adornan. Este también es la gloria como el escabel de los “pies” de Dios, que simbolizan Su Presencia revelada en el mundo material.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.