“Los
hijos de aquellos que te afligieron vienen inclinados a ti, y todos
los que te despreciaron se prosternan ante las plantas de tus pies. Y
ellos te llamarán 'La
ciudad del Eterno,
la
Sión del Sagrado de Israel'.”
(60:14)
Otra
vez Isaías reafirma la profecía de que Dios en la Redención Final
convertirá las tendencias y rasgos negativos en fuerzas motrices que
servirán únicamente el bien de los modos y atributos de Amor. Estos
últimos reconocerán y proclamarán el bien como nuestro nexo común
y conexión con el Amor de Dios. Esta conexión y nexo eternos son la
ciudad de Dios, la Sión del Sagrado de Israel.
“En
vez de ser abandonado y odiado, sin que nadie pase frente a ti, Yo te
he hecho para excelencia eterna, una dicha de generación en
generación.
Y tú has mamado la leche de las naciones, sí,
mamas el pecho de reyes. Y tú has conocido que Yo, el Eterno tu
Salvador y tu Redentor, soy el Poderoso de Jacob.”
(60:15-16)
Israel
finalmente será reconocido como el pueblo que
Dios ha elegido para revelar Su gloria en el mundo material. Esta
gloria es la excelencia y dicha eternas de Israel. La Redención de
las naciones será la leche de Israel, porque las naciones servirán
el propósito y misión de Israel. Al comenzar la Redención Final,
las naciones conocerán que Dios es el Salvador y Redentor de Israel,
porque Él es el Poderoso de Jacob.
“En
vez de bronce Yo traigo oro, y en vez de hierro Yo traigo plata. Y en
vez de madera bronce, y en vez de piedra hierro. Y Yo he hecho de tus
oficiales paz, y de tus guardianes rectitud. Violencia nunca más se
oye en tu tierra,
ni desolación o destrucción en tus fronteras. Y tú has llamado a
tus murallas 'Redención'
y
a tus portales
'Alabanza'.”
(60:17-18)
Dios
trae más alegorías en torno a los cambios que esperan en nuestra
conciencia. Cualidades negativas o inferiores para convertirse en
positivas y superiores en lo que concibamos, pensemos o hagamos.
Nuestros oficiales y guardianes son las guías éticas y morales que serán todas paz y rectitud. Nada ha de ser forzado o impuesto, sino modos y medios pacíficos para conducir todas las dimensiones de la vida.
Nuestros oficiales y guardianes son las guías éticas y morales que serán todas paz y rectitud. Nada ha de ser forzado o impuesto, sino modos y medios pacíficos para conducir todas las dimensiones de la vida.
Rasgos
violentos y destructivos desaparecerán de la conciencia, porque
Amor, paz y rectitud no cohabitan con nada diferente de sus modos y
atributos. Estos ciertamente son los cimientos y murallas de nuestra
Redención, y nuestra alabanza del Amor de Dios por nosotros.
“Para
ti el sol no es más luz por el día, y por brillo la luna no te
alumbrará. Y el Eterno ha sido para ti una Luz eterna, y tu Dios tu
brillo.”
(60:19)
El
Amor de Dios es nuestra Luz y brillo, y ninguna luz material
provenientes del sol y la luna existirán para sostener la vida,
porque la Luz de Dios será nuestro único sustento material y
espiritual.
“Tu
sol no se pone más, y tu luna no se oculta; porque el Eterno se
vuelve tu Luz eterna, y los días de tu aflicción han sido
completados. Y tu pueblo todos ellos con rectos. Por siempre poseen
la tierra, una rama de Mi plantío, una obra de Mis manos, para ser
adornados.”
(60:20-21)
Una
vez más Dios reitera que Su Luz es lo que verdaderamente
necesitamos, porque en ella llegamos a conocerlo a Él y Sus caminos. De
esta manera asimilamos lo que quiere decir el Profeta cuando
anteriormente dijo que “(...)
la
tierra se llenará del conocimiento del Eterno, como las aguas llenan
el mar.”
(11:9).
Así
también nos hacemos conscientes de que nuestros días de aflicción
en verdad han sido completados.
Cuando sólo rectitud como expresión
inherente de los modos y atributos de Amor se manifieste en lo que
pensemos y hagamos, no hay lugar para más sufrimiento.
Al
permitir que Amor conduzca todos los aspectos y dimensiones de la
conciencia, heredamos el mundo material, porque los modos y atributos
de Amor son la esencia de nuestra verdadera identidad. Amor es una
rama del plantío del Creador, la obra adornada de Sus manos, porque
todo proviene del Amor de Dios.
“El
menor
se convierte en jefe, y
el pequeño en una poderosa nación. ¡Yo, el Eterno, en su propio
tiempo lo apresuraré!”
(60:22)
Israel
es el heredero para realizar y hacer prevalecer la
Redención de Dios, y revelar Su voluntad para la era Mesiánica en
el tiempo en que Él la apresurará. Y que sea en nuestros días.