“Así
dijo el Eterno:
'Mantened
justicia y haced lo que es recto.
Porque
cerca está Mi redención para venir, y Mi rectitud para ser
revelada'.”
(Isaías 56:1)
El
Creador nos recuerda que el principio común que compartimos con Su
Redención es la rectitud, que es lo “cerca”
entre
ambas.
De
ahí que nos encomiende dirigir nuestro juicio como el discernimiento
para lo que es correcto. Otra vez Él llama nuestra atención para
que entendamos la rectitud como la causa, propósito y efecto de ser
y hacer el bien como producto de los modos y atributos de Amor. Así
el Creador revela Su rectitud en Su Redención como principio
fundamental de la Era Mesiánica. La acercamos a nosotros haciendo lo
que es recto.
“Feliz
el hombre que lo hace, y del hijo de hombre que se aferra a ello,
guardando el Shabat sin profanarlo, y evitando que su mano haga
ningún mal. Tampoco el forastero que se unió al Eterno hable
diciendo,
'El
Eterno seguramente me separará de Su pueblo';
ni
el castrado diga, 'He
aquí que soy un árbol seco'.”
(56:2-3)
En
este sentido la rectitud es
nuestra
felicidad, porque es el bien que Dios quiere que seamos y procuremos.
Es interesante notar que Él integra la rectitud al Shabat, ya que
este día es la culminación del bien como el principio eterno en Su
Creación.
Mantener
sagrado el Shabat es mantener la rectitud en todos los niveles y
expresiones de la conciencia.
También
es esencial que el Creador se refiere al forastero como el intruso
que encuentra su camino y razón de vivir como
parte
de Su voluntad.
Aunque
como intrusos abrazamos los caminos y atributos de Dios, Él no nos
rechaza. De ahí que aún en las más adversas situaciones y
circunstancias no debemos creer jamás que Dios se separa de
nosotros. Esto también se aplica a quienes han perdido miembros u
órganos esenciales. La carencia del esto o necesidad de estos no es
causa o razón para creer en la separación de Dios, ni asumir que
nuestros impedimentos prevengan nuestra relación con Él.
El
Creador lo deja claro mediante las palabras del Profeta.
“Porque
así dice el Eterno, 'A
los castrados que guardan Mis Shabats y eligen las cosas que Me
complacen, y se aferran a Mi Pacto:
Les he dado a ellos en Mi casa, y dentro de Mis
murallas un lugar y un nombre mejor que hijos y que hijas, un nombre
eterno le doy a aquel que no es cortado'.”
(56:4-5)
Mientras
mantengamos nuestro nexo y conexión con Dios, siendo y haciendo lo
que le deleita a Él (Sus
caminos y atributos como expresiones de Su rectitud),
además
de guardar Sus Shabats, Él también se aferra a Su Pacto
(Su
nexo y conexión con nosotros).
Esto
significa que jamás somos cortados porque Él nos ha dado un nombre
en nexo eterno.
Este
se realiza en Su casa como el lugar, tiempo y nombre que nos une a
Él, aún mucho más que siendo hijos o hijas ya que en este nexo no
hay separación ni corte.
“Y
los hijos del forastero que están unidos al Eterno para servirle, y
para amar el Nombre del Eterno para ser servidores para Él, cada
observante del Shabat sin profanarlo y quienes guarden Mi Pacto.”
(56:6)
Dios
reafirma en este versículo Sus palabras anteriores respecto a los
forasteros que se unen a Su Pacto, y sus implicaciones de servicio y
Amor por la rectitud de Sus caminos y atributos, incluida también la
observancia del Shabat.
Esta
es la base del Amor a Dios como nuestra razón de existir, porque
amándolo a Él nos hacemos conscientes de que Su Amor es nuestra
Esencia y verdadera identidad.