“¡Yo soy una muralla y mis pechos
[son] como torres! Entonces yo soy en Sus ojos como la que encontró paz.”
(Cantar de los Cantares 8:10)
La conciencia mesiánica venidera
responde a Dios y a Israel que esta se ve construida como torres protectoras
para guardar y cumplir los planes del Creador luego de Su redención final. Sus
ojos como alegoría de Sus planes para hacer que la paz de los modos y atributos
de amor prevalezcan por toda la eternidad.
“A Él que la paz le pertenece
tenía una viña en Baal Hamón [Amo de Multitudes]. Él dio la viña a cuidadores.
Cada uno trae por su fruta mil piezas de plata.” (8:11)
La conciencia mesiánica habla de
sí misma como una viña plantada por Dios en Su campo. Este lleva Su nombre como
Amo de Multitudes (Baal Hamón). Él la dio a guardianes que representan los
futuros rasgos, tendencias, cualidades y expresiones de la nueva conciencia
humana en tiempos mesiánicos.
Su cosecha es de un valor mayor
que cualquier precio, ya que de uno produce mil. Estos guardianes son también
las futuras multitudes de Israel como herederos y portadores de la venidera
conciencia mesiánica que regirá hacia la eternidad.
“Mi viña, que es Mía, está ante
Mí. Las mil [piezas de plata] son para ti, Salomón [a él a quien la paz le
pertenece]. Y las doscientas para los cuidadores de su fruta.” (8:12)
El amor de Israel cuida la viña,
unido al amor de Dios. Cada judío en la era mesiánica será como uno a quien la
paz le pertenece (Salomón), cosechando su millar acompañado de sus ayudantes de
las naciones redimidas. Estos también serán recompensados por cuidar la
cosecha.
“Oh tú, sentada en los huertos,
amigos estarán atentos a tu voz. [Y] Que Yo la oiga.” (8:13)
Cumplida la promesa de Dios, Israel
entra en su redención final y construye otra vez para Él un lugar en el que
more entre (en) nosotros. El campo de Dios (el huerto del Edén) será
completamente revelado en el mundo material, cuando lo espiritual y lo material
compartan el mismo espacio.
Aquí Israel está sentada y el
Creador de dirige a ella haciéndole saber que las naciones, ahora sus amigas,
están deseosas de oír su voz con las enseñanzas necesarias para asimilar la
nueva conciencia humana que el Creador ha establecido para la era mesiánica. Él
quiere oír la voz de Israel como Su voz para la nueva humanidad.
Entonces un huerto se convertirá en muchos huertos para
que el Creador hable a la nueva conciencia, y sus rasgos y atributos que
atentamente escucharán Su voz. Israel como la nación regente y conductora en la
eterna era mesiánica será la primera en conocer la voluntad de Dios, y
comunicarla a sus amigas las naciones.