domingo, 21 de diciembre de 2014

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (LXXXVIII) Isaías

Así dijo el Eterno: 'Mantened justicia y haced lo que es recto. Porque cerca está Mi redención para venir, y Mi rectitud para ser revelada'.(Isaías 56:1)

El Creador nos recuerda que el principio común que compartimos con Su Redención es la rectitud, que es lo cercaentre ambas. De ahí que nos encomiende dirigir nuestro juicio como el discernimiento para lo que es correcto. Otra vez Él llama nuestra atención para que entendamos la rectitud como la causa, propósito y efecto de ser y hacer el bien como producto de los modos y atributos de Amor. Así el Creador revela Su rectitud en Su Redención como principio fundamental de la Era Mesiánica. La acercamos a nosotros haciendo lo que es recto.

Feliz el hombre que lo hace, y del hijo de hombre que se aferra a ello, guardando el Shabat sin profanarlo, y evitando que su mano haga ningún mal. Tampoco el forastero que se unió al Eterno hable diciendo, 'El Eterno seguramente me separará de Su pueblo'; ni el castrado diga, 'He aquí que soy un árbol seco'.(56:2-3)

En este sentido la rectitud es nuestra felicidad, porque es el bien que Dios quiere que seamos y procuremos. Es interesante notar que Él integra la rectitud al Shabat, ya que este día es la culminación del bien como el principio eterno en Su Creación. Mantener sagrado el Shabat es mantener la rectitud en todos los niveles y expresiones de la conciencia.

También es esencial que el Creador se refiere al forastero como el intruso que encuentra su camino y razón de vivir como parte de Su voluntad. Aunque como intrusos abrazamos los caminos y atributos de Dios, Él no nos rechaza. De ahí que aún en las más adversas situaciones y circunstancias no debemos creer jamás que Dios se separa de nosotros. Esto también se aplica a quienes han perdido miembros u órganos esenciales. La carencia del esto o necesidad de estos no es causa o razón para creer en la separación de Dios, ni asumir que nuestros impedimentos prevengan nuestra relación con Él. El Creador lo deja claro mediante las palabras del Profeta.

Porque así dice el Eterno, 'A los castrados que guardan Mis Shabats y eligen las cosas que Me complacen, y se aferran a Mi Pacto: Les he dado a ellos en Mi casa, y dentro de Mis murallas un lugar y un nombre mejor que hijos y que hijas, un nombre eterno le doy a aquel que no es cortado'.(56:4-5)

Mientras mantengamos nuestro nexo y conexión con Dios, siendo y haciendo lo que le deleita a Él (Sus caminos y atributos como expresiones de Su rectitud), además de guardar Sus Shabats, Él también se aferra a Su Pacto (Su nexo y conexión con nosotros). Esto significa que jamás somos cortados porque Él nos ha dado un nombre en nexo eterno. Este se realiza en Su casa como el lugar, tiempo y nombre que nos une a Él, aún mucho más que siendo hijos o hijas ya que en este nexo no hay separación ni corte.

Y los hijos del forastero que están unidos al Eterno para servirle, y para amar el Nombre del Eterno para ser servidores para Él, cada observante del Shabat sin profanarlo y quienes guarden Mi Pacto.(56:6)

Dios reafirma en este versículo Sus palabras anteriores respecto a los forasteros que se unen a Su Pacto, y sus implicaciones de servicio y Amor por la rectitud de Sus caminos y atributos, incluida también la observancia del Shabat. Esta es la base del Amor a Dios como nuestra razón de existir, porque amándolo a Él nos hacemos conscientes de que Su Amor es nuestra Esencia y verdadera identidad.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.