domingo, 18 de enero de 2015

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XCII) Isaías

Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, declara a Mi pueblo su transgresión y a la casa de Jacob sus pecados.(Isaías 58:1)

Dios encomienda a Su Profeta que denuncie las causas de la separación de Israel de Él. Dios quiere que Isaías lo diga a gritos, suficientemente claro y resonante para que nos demos cuenta de que lo que verdaderamente importa en el mundo material son Sus caminos y atributos. El Creador nos llama otra vez Su pueblo como señal inequívoca de Su Amor por nosotros.


Con todo Me buscan día tras día y se deleitan en conocer Mis caminos, como nación que ha hecho justicia, y no han abandonado a su Dios. Me piden juicios justos, se deleitan en la cercanía de Dios.(58:2)


Dios sabe que nuestro mayor deseo interior es estar con Él, y la manera de lograrlo es siendo y haciendo el bien, porque Él es bueno con nosotros. Esto es lo que es justo en hacer lo correcto. Así asimilamos que ser y hacer el bien son el medio para estar cerca de Dios.


'¿Por qué hemos ayunado y Tú no lo has visto? Hemos afligido a nuestra alma y Tú no lo has sabido'. He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente. No ayunéis como hoy para que vuestra voz sea oída en lo alto.(58:3-4)


El Profeta denuncia nuestro cinismo de hacer el mal y creer que ayunando en el Día de Expiación, que es Yom KipurDios debería perdonarnos. Él nos recuerda que el bien de los modos y atributos de Amor no cohabita con las tendencias y rasgos negativos de las fantasías e ilusiones de ego.


¿Es este el ayuno que Yo escogí para que el hombre aflija su alma? ¿Que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno y día deseable para el Eterno? ¿No es este el ayuno que yo escojo para desatar las ataduras de la maldad, soltar el peso del yugo, dejar ir libres a los oprimidos, y romper todo yugo?(58:5-6)


Dios reafirma Sus palabras de perdón y redención, siempre y cuando verdaderamente deseemos retornar a Sus caminos y atributos. De hecho Él quiere remover la carga de las decisiones negativas que tomamos, aunque depende de nosotros pedirle nuestra Redención Final.


¿No es para que compartas tu pan con el hambriento y albergues en casa a los desamparados, para que cuando veas al desnudo lo vistas y no te escondas de tu semejante?(58:7)


Dios nos recuerda que amarnos unos a otros como nos lo encomienda en la Torá es la clave de nuestra Redención. Lo hacemos no escondiéndonos en fantasías e ilusiones de ego, y permitiendo que Amor conduzca todos los niveles de la conciencia y todos las dimensiones de la vida.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.