“Cuando
cuentes la cabeza [la suma total] de los hijos de Israel según sus números,
cada uno ofrendará para el Eterno una expiación de su alma cuando
sean contados; entonces no habrá plaga entre ellos cuando sean
contados” (Éxodo 30:12). Nuestros Sabios enseñan que este nuevo
censo de los israelitas está relacionado con los sucesos que
ocurrieron en esta porción de la Torá, los cuales son las
instrucciones finales de la construcción del Santuario
(Tabernáculo), la transgresión del becerro de oro, y los atributos
de misericordia del Creador.
Este censo en particular involucra la contribución individual de medio shékel de plata por cada adulto para los cimientos del Santuario. Esto representa dos objetivos: ser conscientes de que como individuos somos incompletos (mitades), porque nuestra totalidad sólo se logra en la unidad con el Creador; y que tenemos que ofrecer nuestro ser individual (la mitad que somos) para los cimientos de lo que simboliza la unidad con Dios, el Santuario, como el más elevado conocimiento de Él.
Este censo en particular involucra la contribución individual de medio shékel de plata por cada adulto para los cimientos del Santuario. Esto representa dos objetivos: ser conscientes de que como individuos somos incompletos (mitades), porque nuestra totalidad sólo se logra en la unidad con el Creador; y que tenemos que ofrecer nuestro ser individual (la mitad que somos) para los cimientos de lo que simboliza la unidad con Dios, el Santuario, como el más elevado conocimiento de Él.
El
versículo “El rico no dará más y el pobre no dará menos de
medio shékel cuando den la ofrenda al Eterno para expiar por sus
almas” (30:15) nos señala que ofrendamos la totalidad de nuestro
ser que no es ni más ni menos de lo que somos y poseemos como rasgos
y cualidades que nos hacen individualmente únicos. Es esta la
totalidad que elevamos al Creador para ser expiados (transformados)
por Su Amor. Este proceso ocurre cuando abrazamos Sus caminos y
atributos en el mundo material. Después de las instrucciones finales
para la construcción del Santuario y su unción, se repite un
recordatorio: “(…) '¡Guardaréis Mis Shabats! Porque es una
señal entre Yo y vosotros a través de vuestras generaciones, para
que sepáis que Yo, el Eterno, os santifico. Así guardaréis los
hijos de Israel el Shabat, para hacer del Shabat un Pacto eterno a
través de sus generaciones'.” (31:13-17). El recordatorio no sólo
nos advierte de la preeminencia del Shabat como la ausencia de las
labores relacionadas con la construcción del Santuario, sino para
enseñarnos que en él somos Uno con el Creador, y ello nos hace
sagrados.
Tras
este preámbulo la narración prosigue con la rebelión de las bajas
emociones, pasiones e instintos, instigadas por el ego contra el más
alto conocimiento del Creador en nuestra conciencia, representado por
Moisés y Aarón. Todos los milagros acontecidos para la liberación
de la esclavitud de las ilusiones de ego fueron olvidados, y
reemplazados por esas mismas ilusiones: “Ellos rápidamente se han
apartado del camino que Yo les mandé, ¡se han hecho para ellos un
becerro fundido! Y ellos se han prostrado ante él, ofrendado
sacrificios a él, y dijeron: 'Estos son tus dioses, oh Israel, que
te sacaron de la tierra de Egipto'.” (32:8).
El poder de ego, que proviene de nuestro Creador, existe para servirle a Él pero ello depende de nuestro libre albedrío, de las decisiones que tomamos cada momento: seguir nuestros deseos materialistas o los modos y atributos de Amor. Ante esta disyuntiva nuestro mayor conocimiento de Su Presencia es el responsable de conducir todos los aspectos de la conciencia en Su dirección.
El poder de ego, que proviene de nuestro Creador, existe para servirle a Él pero ello depende de nuestro libre albedrío, de las decisiones que tomamos cada momento: seguir nuestros deseos materialistas o los modos y atributos de Amor. Ante esta disyuntiva nuestro mayor conocimiento de Su Presencia es el responsable de conducir todos los aspectos de la conciencia en Su dirección.
“Moisés
dijo a Aarón: '¿Qué te hizo este pueblo que has traído sobre él
un pecado tan grande?' Y él respondió: 'Que no se enoje mi señor.
Tú conoces al pueblo, que son propensos a la iniquidad'.”
(32:21-22) y aunque la batalla se libra en cada momento, Amor siempre
prevalece cuando elegimos Sus modos y atributos. En este conocimiento
permanente de Amor nos redimimos de las tribulaciones impuestas por
la agenda materialista del ego. Una vez integramos todos los niveles
de conciencia en el Amor de Dios y seguimos Sus caminos aparece la
Redención. Esta unidad es lograda en el conocimiento de Sus
atributos:
“Y el Eterno pasó por delante de él [Moisés], y proclamó: 'El Eterno, el Eterno, Dios de bondad, compasión y gracia, paciente, y abundante en amorosa bondad y [abundante] en verdad; preserva amorosa bondad por miles de generaciones, perdona iniquidad y rebelión y transgresión; [aunque] y ello no exime [al transgresor] de su culpa; que ve [cómo] la iniquidad de los padres [recae] sobre los hijos, y sobre los hijos de sus hijos hasta la tercera y la cuarta generación'.” (34:6-7). Tal como es ampliamente explicado en este blog, estos trece atributos de compasión Divina son inherentes al Amor del Creador hacia Su Creación.
“Y el Eterno pasó por delante de él [Moisés], y proclamó: 'El Eterno, el Eterno, Dios de bondad, compasión y gracia, paciente, y abundante en amorosa bondad y [abundante] en verdad; preserva amorosa bondad por miles de generaciones, perdona iniquidad y rebelión y transgresión; [aunque] y ello no exime [al transgresor] de su culpa; que ve [cómo] la iniquidad de los padres [recae] sobre los hijos, y sobre los hijos de sus hijos hasta la tercera y la cuarta generación'.” (34:6-7). Tal como es ampliamente explicado en este blog, estos trece atributos de compasión Divina son inherentes al Amor del Creador hacia Su Creación.
Una
vez más se nos recuerda que sólo en la unidad con el Amor de Dios,
Él libera nuestra conciencia de sus expresiones potencialmente
negativas, representadas por las naciones cananeas: “Cumple
cuidadosamente lo que te encomiendo hoy: He aquí que Yo desalojo de
ti al amorreo y al cananeo, al heteo y al perizeo, al heveo y al
jebuseo. Cuídate de hacer alianza con el habitante de la tierra
hacia donde vienes, porque se convertirá en un tropezadero en medio
de ti. Mas derribaréis sus altares, destruiréis sus monumentos, y
cortaréis sus árboles sagrados. Porque no te inclinarás ante otro
dios, porque el Eterno, cuyo nombre es “el Exclusivo”, es un Dios
celoso, exclusivo'.” (34:11-14).
Así que no hay lugar para fantasías ni ilusiones de ego: “No te harás dioses fundidos para ti” (34:17), para reiterar que Amor no cohabita con nada diferente a Sus modos y atributos. Los siguientes versículos (18-26) contienen Mandamientos previamente mencionados como esenciales en el Pacto de Israel y el Creador: “El Eterno dijo a Moisés: 'Escribe tú estas palabras, porque de acuerdo a estas palabras Yo he formado un Pacto contigo y con Israel'.” (34:27)
Así que no hay lugar para fantasías ni ilusiones de ego: “No te harás dioses fundidos para ti” (34:17), para reiterar que Amor no cohabita con nada diferente a Sus modos y atributos. Los siguientes versículos (18-26) contienen Mandamientos previamente mencionados como esenciales en el Pacto de Israel y el Creador: “El Eterno dijo a Moisés: 'Escribe tú estas palabras, porque de acuerdo a estas palabras Yo he formado un Pacto contigo y con Israel'.” (34:27)