domingo, 19 de junio de 2011

Parshat Kóraj: Diferenciando entre Verdad e Ilusión

Esta porción se refiere principalmente a la primera disputa en desafío del liderazgo nacional de Moisés y del liderazgo espiritual de Aarón en el Pueblo de Israel. Esta disputa no sólo puso en tela de juicio la conducción de Moisés y Aarón sino la voluntad y el plan del Creador para Israel, y la división era inminente tal como existe entre noche y mañana por decreto Divino. También sólo en la luz de la mañana cualquier eventual disputa debe ser aclarada. La mañana es manifestación de la claridad, y el sol que resplandece en ella es la verdad que no puede ser ensombrecida por las fantasías e ilusiones de la oscuridad representadas por la rebelión de Kóraj:

"Él [Moisés] habló a Kóraj y a todos sus acompañantes, diciendo, 'En la mañana, el Eterno dará a conocer quién es Suyo, y quién es sagrado, y Él los acercará a Él, y a quien Él escoja, Él lo acercará a Él'.". (Números 16:5) porque el Amor de Dios vive en la verdad de la Luz que son Sus caminos y atributos. En el Amor de Dios no hay divisiones, rebeliones ni separaciones, porque Él nos hace saber qué es lo Suyo, lo que es sagrado para Él, y que siempre está también cerca de Él.

En el conocimiento de Amor, sólo sus modos y atributos prevalecen porque Amor no cohabita con nada diferente a lo que le es inherente. En Amor todo vive y fructifica viviendo del Creador que sustenta todo. La muerte solamente es el reflejo de las ilusiones y fantasías de los deseos más oscuros de ego. Sólo el Amor de Dios nos redime y resucit para vivir nuevamente Sus milagros momento a momento.


Sólo en nuestro conocimiento individual y colectivo del Amor de Dios como nuestra Esencia e identidad podemos abrazar el verdadero significado de la vida, y vencer la muerte: "(…) ¡y he aquí que la vara de Aarón, de la casa de Leví había florecido! Había germinado, y producido almendras maduras" (17:23), y este conocimiento (Aarón) debe conducir todos los aspectos y dimensiones de nuestra conciencia (todo Israel) porque ese es nuestro Pacto con el Creador y Su Amor: "Todo lo consagrado en Israel será tuyo [de Aarón]" (18:14).

De ahí que "Todas las ofrendas de elevación que son apartadas por los hijos de Israel para el Eterno, Yo las he dado a ti [Aarón], y a tus hijos e hijas contigo, como una porción eterna; como un Pacto eterno de sal ante el Eterno, para ti y para tus descendientes contigo." (18:19).

Debemos entender la imagen del Sumo Sacerdote en Israel como el tiempo y espacio en nuestra conciencia cuando y donde estamos permanentemente unidos al Amor de Dios, y ese conocimiento es nuestra porción, nuestra tierra en nuestra vida material: "El Eterno dijo a Aarón, 'Tú no heredarás en su tierra (de los demás hijos de Israel) y no tendrás porción entre ellos. [Porque] Yo soy tu herencia y porción entre los hijos de Israel." (18:20).


En nuestra conexión con el Amor de Dios nuestra misión es dirigir todos los niveles de conciencia en Sus caminos y atributos, los cuales efectivamente son el lugar que Él quiere que creamos para que Él more entre nosotros. Todo lo que somos y hacemos debe estar impregnado y expresado con Su Amor, la verdadera Esencia que somos y lo mejor que tenemos en la vida. Amor es la causa y el efecto para consagrar todo lo que somos y hacemos: "De todas vuestras ofrendas, apartaréis cada ofrenda del Eterno, de lo mejor de su ofrenda, esa porción de ella para ser consagrada." (18:29).

Cuando diferenciamos entre Amor y los espejismos, ilusiones y fantasías de la vida materialista, podemos vivir libres de las tinieblas que ellos conllevan. En Amor no hay lugar para transgredir los caminos del Creador, porque con Él estamos libres de hacer algo negativo. Cuando elevamos cada dimensión de la conciencia como vasijas para ser llenadas con Sus Mandamientos a través de Sus atributos, nos damos cuenta que este es el verdadero sentido de la vida, y nuestra Redención de la muerte.


Este es el mensaje del versículo final de esta porción: "Después que hubiereis separado la mejor porción de vuestra ofrenda, no habréis llevado pecado por ella, pero no profanaréis lo sagrado [las ofrendas] de los hijos de Israel, para que no muriereis'." (18:32).

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.