domingo, 17 de junio de 2012

Kóraj: La Agenda Separatista de las Fantasías e Ilusiones de Ego

De lo que se trata vivir en este mundo material es crear un espacio donde la Presencia Divina more con nosotros, y ese espacio primero tenemos que crearlo en nuestra conciencia. ¿Qué sentido tendría vivir, haciéndolo sin Él que creó todo lo que existe? Hay un gran vacío en nuestra conciencia cuando no sabemos quiénes realmente somos, y llegamos a tener pleno conocimiento de nuestra identidad cuando asimilamos que somos una emanación del Creador a través de Su Amor.

Hemos dicho esto muchas veces para enfatizar que todo lo que existe proviene del Amor de Dios, por tanto Su Amor es nuestra Esencia e identidad. Desconocer esta Verdad universal y trascendente es lo que nosotros llamamos vivir en las fantasías e ilusiones de ego.

En la conciencia fragmentada que tenemos, en la que estamos “divididos” en la dualidad de bien y mal, verdadero y falso, correcto e incorrecto, positivo y negativo, etc., el Creador nos dotó con libre albedrío para poder elegir lo más conveniente y hacerlo. Él nos dio Su Torá para enseñarnos que lo “conveniente” significa lo mejor para nosotros, siempre y cuando también sea bueno para los demás y nuestro entorno inmediato.

Es con este principio fundamental que asimilamos la Presencia Divina en nuestra conciencia, y por lo tanto en nuestras vidas. Lo bueno, lo correcto, lo verdadero y lo positivo son lo esencial para vivir en la unidad que Amor es, porque Amor nos une a través de sus modos y atributos. Mientras vivamos en, con y por ellos jamás estaremos separados unos de otros ni de Dios, porque Amor es el nexo entre nosotros y con Él.

Vivir sin este conocimiento es la más clara indicación de que estamos separados de Amor, y consecuentemente viviendo la agenda individualista de ego.

Hemos declarado muchas veces que ego define nuestro sentido de individualidad, ya que nos percibimos como individuos. Esto no quiere decir que debamos perseguir agendas individualistas separándonos de los demás. Hemos dicho que la separación es la peor de todas las ilusiones, ya que en realidad no podemos vivir separados o aislados de otros.

Esto lo hemos aprendido desde que vinimos al mundo. No podemos vivir solos porque fuimos creados por Dios para estar unidos mediante Amor como nuestra Esencia e identidad, y a Él porque estamos aquí debido a Su Amor por toda Su Creación.

En nuestra conciencia “dividida” (la ponemos entre comillas porque es así como estamos acondicionados para percibirnos a nosotros mismos y a la realidad material) tenemos todos los arquitipos de lo potencialmente negativo y positivos para elegir entre ellos. Esto significa que tenemos el potencial de llegar a ser como Moisés y Aarón, o como Kóraj y sus compinches.

Ego es nuestro poderoso sentido de individualidad y como tal puede encaminarnos en los modos y atributos de Amor que nos unen unos a otros y con Dios, o en las illusiones y fantasías que nos separan unos de otros y de Dios. En este punto de la historia de nuestra conciencia debemos saber qué nos une y qué nos separa.

Esto lo hemos aprendido por experiencia propia a través de los siglos, y la Torá nos lo instruye recordándonos los modos y medios para hacerlo en los caminos que Dios quiere que andemos, y no en las fantasías e ilusiones de ego.

Insistimos nuevamente y reiteramos que nuestra “separación” de los caminos del Creador, Su Amor como Él quiere que lo entendamos mediante Sus atributos indicados en la Torá, es la más ilusoria de todas las ilusiones que podamos tener. De hecho es el mayor dilema como confusión que podamos tener, e igualmente requiere de la mayor certeza y claridad de todas.

Ponemos fin a nuestra separación del Creador cuando nos hacemos plenamente conscientes de Amor como nuestra conexión unificadora y compenetradora con Él y Su Creación. Koraj es el individualista separatista que debemos remover de nuestra conciencia y llenar su espacio con el conocimiento unificador colectivista representado por Moisés y Aarón.

Tenemos que ser vigilantes y sensatos en todos nuestros discernimientos, pensamientos, ideas, sentimientos, emociones, pasiones e instintos para dirigirlos en los caminos y atributos de Amor, manteniendo la conciencia unida en lo potencialmente bueno de su propósito (ver nuestros comentarios sobre la Parshat Kóraj: “Vencer las Ilusiones de Egodel 9 de junio, 2010 yDiferenciando entre Verdad e Ilusióndel 19 de junio, 2011).

Dios nos dio el precioso regalo que es la vida para ser plenamente vivida como individuos que dependen unos de otros y de su ciudado, y este cuidado es Amor. Así como Él nos cuida proveyendo nuestro sustento diario y nutriéndonos con Su Amor, también Él quiere que nos cuidemos unos a otros, proveyendo entre nosotros.

Repitámoslo otra vez. Esto lo sabemos por experiencia, por evidencia empírica, y la Torá nos lo instruye para recordárnoslo. Vivimos en tiempos que nos obligan a erradicar para siempre la mentalidad separatista y reemplazarla por la conciencia de unidad que Amor nos invita a vivir, devido a lo bueno que hay en ella.

Esperar que otros cambien su mentalidad separatista primero que nosotros para luego cambiar la nuestra es parte de la actitud que caracterizó a Kóraj. La actitud de Moisés y de Aarón es primero iniciar en nosotros el proceso de transformación individual, ya que de hecho se trata de nuestra Redención individual y personal de las fantasías e ilusiones de ego.

Una vez empecemos a hacerlo vendrá la Redención colectiva. ¡Que se manifieste completamente y pronto en nuestros días!

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.