domingo, 31 de agosto de 2014

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (LXXII) Isaías

"Oíd esto, oh casa de Jacob, que sois llamados por el nombre de Israel, y que son venidos de la fuente de Judá; que juran por Mi Nombre y que mencionan el Dios de Israel, pero no con verdad ni rectitud. Porque se llaman de ciudad sagrada y permanencen sobre el Dios de Israel, el Eterno de las multitudes es Su Nombre." (Isaías 48:1-2)

El Creador nuevamente reprocha la renuencia de Israel a cumplir su parte del Pacto, el cual es revelar la Presencia Divina en el mundo material. La Torá nos encomienda realizarlo haciendo que la verdad y la rectitud reinen como los fundamentos de los caminos y atributos del Creador.

Su llamado es para Israel y no para otras naciones, porque Israel representa en la conciencia humana el potencial creativo del bien. De ahí que si Israel no cumple, no hay Redención Final ni Era Mesiánica.

"Porque Yo sabía que tú eres obstinado, y tu cuello es un tendón de hierro, y tu frente es de bronce. Por tanto lo he declarado a ti desde antaño. Antes de que acontezca Yo lo anuncié a ti, aun tu diciendo: 'Mi ídolo los ha hecho, y mi imagen tallada, y mi imagen fundida, los ha ordenado'." (48:3-4)

Se trata ya sea de las fantasías e ilusiones materialistas de ego con las tendencias y rasgos negativos en la conciencia, o de los caminos, atributos y Mandamientos de Dios para cumplir nuestra misión en el mundo material. La mentalidad egocéntrica por definición es obstinada, al igual que su predicamento adictivo y destructivo. De ahí que terminemos culpando de nuestras acciones negativas y sus consecuencias a nuestras fantasías e ilusiones como los ídolos que hemos creado, y ante los cuales somos sus sirvientes.

"Tú has oído, visto todo esto; ¿y vosotros no lo declararéis? Yo os he anunciado nuevas cosas para este tiempo, inclusive cosas ocultas, que no has conocido." (48:5-6)

Lo hemos oído de Dios a través de la Torá y de Sus Profetas, pero aún así no lo reconocemos ni lo proclamamos. Esto quiere decir que, aún si admitiéramos la Redención Final de Dios, nos negamos a aceptarla. Tampoco reconocemos las buenas cosas que esta trae, y que han sido ocultadas por Él hasta que comencemos a creer en ellas y abrazarlas.

Preferimos vivir las fantasías e ilusiones que nos hacen vivir una vida intrascendente y sin sentido, y que nos llevan a vivir para morir. Dios tiene planes para nosotros en Su prometida Era Mesiánica, para revelarnos cosas ocultadas que estamos destinados a conocer con el fin de vivir con una nueva conciencia. Esta se manifiesta únicamente con opciones positivas con fines positivos que podremos conocer sólo cuando removamos las tendencias y rasgos negativos que han controlado nuestras vidas hasta ahora.

Dios prosigue confrontando a los hijos de Israel por desconocer no solamente el Pacto de Dios sino también su Esencia e identidad, llamándonos traidores. A pesar de nuestro predicamento, Él reafirma Su Amor por nosotros (48:9).

También nos recuerda que hemos aprendido muy poco del sufrimiento en nuestros exilios que Él llama "el crisol de la aflicción". Dios quiere que lo glorifiquemos eligiendo vivir en Sus caminos.

"Óyeme, oh Jacob, e Israel a quien Yo llamo: Yo soy Él, Yo soy el primero, y también Yo soy el último." (48:12)

El Creador reitera Su absoluto control sobre Su Creación, recordándonos que únicamente Su voluntad es lo que cuenta (48:13-21). De ahí que nuestro deber sea conocer Sus caminos y atributos como nuestra razón y propósito en la vida (48:18).

"No hay paz, dice el Eterno, para el malvado." (47:22)


Nos hemos referido a los significados de la paz en nuestra conciencia, como lo total, lo completo y harmónico que solamente podemos lograr en nuestra conexión con Dios. El mal, la iniquidad y la negatividad son rasgos opuestos al bien que es nuestro nexo común con Dios. De ahí que mientras vivamos por y para fantasías e ilusiones de ego, al igual que tendencias y rasgos negativos, no tendremos lo completo y entero que es vivir en los caminos y atributos de Dios.

En este sentido los modos y atributos de Amor, como manifestación material del Amor de Dios, son las cualidades redentoras que debemos entronizar en cada aspecto y dimensión de la conciencia para entrar en la Redención Final, y comenzar a conocer el Amor de Dios.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.