domingo, 1 de abril de 2012

Shemini: Santificando nuestra unión con el Creador

Hemos aprendido que la preparación del Santuario, del Sumo Sacerdote y de las ofrendas son el medio para estar cerca del Creador.

“Esto es lo que el Eterno habló, diciendo: 'Yo seré santificado en aquellos que están cerca de Mí, y ante todo el pueblo Yo seré glorificado'." (Levítico 10:3)

Al conducir todas las dimensiones de la conciencia (“todo el pueblo”) en los caminos y atributos de Amor, el Amor de Dios será glorificado, porque lo veremos manifestado en todas las dimensiones de Su Creación.

Reflexionemos en el significado de santificar glorificar al Creador. El salmista nos ayuda a entenderlos mediante lo que él se refiere como alabanzas. Los Salmos (alabanzas) del rey David explican que lo hacemos al seguir los caminos de Dios y al emular Sus atributos, que son Su Amor por Su Creación. Lo hacemos al estar totalmente liberados de las ilusiones y fantasías de ego (“las naciones”), y el salmista también nos recuerda que tenemos que hacerlo con todas las dimensiones de la conciencia.

Alabad al Eterno desde la tierra [la vida material], monstruos marinos y todo lo que vive en los abismos [los niveles inferiores de la conciencia], fuego y granizo [pasión y pasividad]nieve y vapor [frialdad y calidez], vientos tempestuosos que cumplen Su voluntad [pensamientos liberadores], montañas y todas las colinas [creencias e ideas], árboles frutales y todos los cedros [caminos de la verdad y todas las convicciones de rectitud], bestias y todo ganado [instintos y pasiones], reptiles y pájaros alados [bajas pasiones y sentimientos edificadores], reyes de la tierra [hábitos y costumbres] y todos los pueblos [bajas emociones y sentimientos], príncipes [arrogancia, soberbia, control de ilusiones de ego] y todos los jueces de la tierra [principios éticos y morales], mancebos [avidez, ímpetu] como también doncellas [pureza, modestia y pudor], ancianos [experiencia y sabiduríajunto a niños [inocencia y reverencia]. Que ellos [todosalaben [eleven, ofrenden, sean y manifiesten el Amor de Diosel Nombre del Eterno, porque solo Su Nombre es exaltadoSu Gloria está sobre la Tierra y los Cielos” (Salmos 148:7-13)

Todo lo que existe emana de Él y es sostenido por Él.

Respecto a la conciencia, todas sus dimensiones que nos llevan a discernir, pensar, sentir y actuar, deben ser dirigidas y guiadas para vivir el Amor de Dios en nosotros y en todo lo que Él creó para nosotros. Ya sabemos que loque percibimos como aspectos “negativos” de Su Creación, aquellos en que Su Presencia no está revelada a nosotros, están ahí como referencias para procurar lo positivo.

Al aprender de lo bueno nos preparamos para transformar lo negativo en positivo, y es así como revelamos la Presencia Divina en el mundo material. Tengamos presente en mente y corazón que el mundo existe para que nosotros revelemos la Presencia del Creador, y eso lo hacemos solamente siendo y manifestando Su Amor, y la bondad de Sus modos y atributos.

Santificamos y glorificamos Su Nombre siendo y expresando nuestra verdadera Esencia e identidad, que es nada menos que Su Amor, y esa es la manera en que elevamos nuestra vida para estar cerca de Él. En este proceso vivimos plenamente Su Gloria, que es Su Amor.

“Y Moisés dijo: 'Esto es lo que el Eterno os encomienda hacer; y la Gloria del Eterno se aparecerá a vosotros'.” (Levítico 9:6)

La narrativa de Sheminí prosigue haciéndonos saber que este proceso implica nuestro pleno conocimiento de la diferencia entre las fantasías e ilusiones de ego y los modos y atributos de Amor.

“Con el fin de distinguir entre lo sagrado y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio; y [paraque tú [Aaróninstruyas a los hijos de Israel todos los estatutos que el Eterno ha hablado a ellos por la mano de Moisés.” (10:10-11)

El que lo hace es Aarón el Sumo Sacerdote, el mayor conocimiento de nuestra conexión con el Amor de Dios; a través de Moisés, el mayor conocimiento del Creador. Tengamos claro que la conciencia que representa Moisés es nuestro medio para aprender los caminos y atributos para estar siempre cerca de Dios y Su Amor (ver nuestros comentarios sobre Sheminí: “Consagrar la Vida al Amor de Dios” del 2 de abril, 2010 “Siendo Verdad ante el Amor de Dios” del 20 de marzo, 2011 en este blog).

Najmánides, el Rambánnos enseña que los animales inmundos cuyo consumo es prohibido por la Torá son depredadores, y su naturaleza es una influencia negativa para nosotros. No nos podemos imaginar comportarnos como serpientes, escorpiones, cuervos, buitres o bestias salvajes, aunque sabemos que hay gente como ellos.

Nuestros Profetas y Sabios cuentan que en los tiempos de nuestra Redención Final todo árbol producirá frutos y todas las bestias serán pacíficas y amorosas, porque la raíz de toda maldad será completamente erradicada de la tierra. Hemos dicho muchas veces que la conciencia mesiánica es algo que tenemos que generar, como ocurrió con nuestros ancestros bajo la esclavitud en Egipto. Clamaron por su Redención a viva voz, y nuestro Dios oyó y los liberó con la fuerza redentora de Su diestrael infinito poder de Su Amor.

Algunos creen que nuestra Redención Final vendrá milagrosamente y sin que tengamos que mover un dedo para que ocurra. Deben aprender de nuestra historia y del Holocausto en el que el pueblo judío estuvo cerca de ser exterminado. Casi nadie movió un dedo para evitarlo, y ahora sabemos qué hacer para que nunca vuelva a ocurrir, nunca másEs una lección que costó más de seis millones de vidas aprender, y esto significa que tenemos que hacer más que mover un dedo.

Lo más fácil es culpar a Dios luego de evadir nuestras responsabilidades y nuestra parte del Pacto que Él nos ofreció a través de nuestros Patriarcas. ¡Aún peor cuando lo culpamos a Él por los resultados de las decisiones que tomamos! Alegamos y reclamamos que libertad real radica en nuestro total libre albedrío, y cuando la maldad aparece para que podamos realmente ejercer nuestro albedrío terminamos tomando decisiones negativas con sus consecuencias... y volvemos a culpar a Dios.

Ya es tiempo de darnos cuenta que si realmente deseamos nuestra Redención Final de toda maldad y negatividad, será mejor que comencemos a tomar las decisiones correctas, conscientes de los efectos positivos que nos esperan cuando elegimos los modos y atributos de Amor. Después de todo, Amor es nuestra verdadera Esencia e identidad porque todos venimos del Amor de Dios.

Iniciemos nuestra Redención trayendo a Él nuestras ofrendas, nuestro Amor en lo que somos y hacemos.

“(...) atribuid al Eterno honor y fortaleza. Atribuid al Eterno la gloria debido a Su Nombre; traed una ofrenda y venid ante Él, alabad al Eterno con resplandeciente santidad. Vibrad ante Él, toda la Tierra; el mundo también fue firmemente establecido para que no tambalee. ¡Alégrense los Cielos, regocíjese la Tierra, y entre las naciones proclamen: 'El Eterno reina'!” (I Crónicas 16:28-31)

Cuando reconozcamos y aprendamos Sus caminos y atributos, podremos traer a Él las obras de lo que somos y hacemos. En esta realización, que todos los aspectos de nuestra conciencia reconozcan que Su Amor rige en Su Creación. En la firmeza de nuestro Amor encontramos Su Amor.

El salmista también nos advierte sobre las consecuencias de nuestras decisiones.

“Pero Mi pueblo no Me escuchó, e Israel no consintió Conmigo. Entonces los entregué a sus corazones porfiados en seguir sus propios consejos. Si Mi pueblo Me escuchara, si tan sólo Israel siguiera Mis caminos, ¡rápido subyugaría a sus enemigos y volvería Mi mano contra sus adversarios!” (Salmos 81:11-14)

Entonces escuchemos otra vez a Su Amor, y con nuestro propio Amor derrotemos el predicamento negativo en las ilusiones y fantasías materialistas de ego. Despertemos en la Luz de Amor a nuestra Redención individual y colectiva, y en el Amor de Dios revelemos totalmente Su Presencia en el mundo material.

Entonces proclamaremos, “¡El Eterno reina!”.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.