domingo, 13 de mayo de 2012

Bejukotai: Nuestra Relación con el Creador

En comentarios pasados en nuestro blog acerca de esta porción (Parshat Bejukotai: Elige Amor como tu Identidad” del 2 de mayo, 2010 y “Siguiendo los Caminos de Amor” del 15 de mayo, 2011) enfatizamos que somos una emanación del Amor de Dios y, como tal, Amor es nuestro nexo común con el Creador. Mediante este nexo nos relacionamos con Él y Su Creación, la cual también es una emanación de Su Amor.

El Creador deja claro a Israel este principio en esta porción y en otros capítulos de Su Torá.

“Si siguiéreis Mis estatutos y guardáreis Mis Mandamientos y los cumpliéseis (...)” (Levítico 26:3)

Los primeros diez versículos que siguen en Bejukotai (26:4-14) contienen algunas de las bendiciones que disfrutamos cuando los modos y atributos de Amor guían y dirigen todos los aspectos de nuestra conciencia.

“Yo daré vuestras lluvias en su estación, la Tierra [Prometida] dará su producto, y el árbol del campo dará su fruto.

Entendemos “nuestras” lluvias también como el Amor de Dios manifestado en la potencial bondad que podemos expresar en nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, pasiones e instintos, incluyendo nuestras palabras y acciones como medios para comunicar Amor como nuestra Esencia y nexo con Dios.

El resultado natural de esto son las cosas buenas que la vida, la cual también es nuestra Tierra, provee como su producto. Tenemos una vida fructífera y productiva cuando trabajamos y disfrutamos en los campos del Amor de Dios.

Nuestros Sabios se refieren a los árboles como metáforas de conocimiento, y la Torá es el árbol más importante de todos con el que endulzamos las aguas amargas que son los aspectos negativos de la realidad material, esta como reflexión de los aspectos negativos de la conciencia. Los árboles también representan creencias que, si son concebidas y expresadas en los modos y atributos de Amor, siempre traen buenos resultados.

Lo que recojáis os durará hasta la siembra, y desde la siembra hasta la cosecha; comeréis vuestro alimento hasta saciaros, y viviréis seguros en vuestra Tierra.

Esto explica la trascendencia de Amor como su causa y su efecto, siempre y cuando lo hagamos prevalecer en lo que somos, tenemos y hacemos. En esta realización permanente asimilamos y confiamos en los atributos de Amor como los medios para vivir en lo bueno como nuestro destino.

Vivimos y disfrutamos la mayor seguridad concebible en este destino, que es lo que el Creador quiere para nosotros en el mundo material.

Hemos dicho muchas veces que la paz, abundancia, prosperidad, felicidad y todos los rasgos y cualidades positivos son los modos, medios, atributos y efectos de Amor. Mientras vivamos por, en, con y para ellos, no hay nada que esté contra nosotros porque no hay espacio para lo opuesto.

En un sentido más amplio entendemos el principio de que Amor no coexiste con nada diferente a sus modos y atributos, porque están dirigidos por la ética inherente a ellos.

Y Yo daré paz en la Tierra, y os reclinaréis sin que nadie [os] asuste; Yo quitaré las bestias salvajes de la Tierra, y ningún ejército pasará por vuestra Tierra.

La ética de Amor no permite nada negativo como efecto de sus modos y atributos. La maldad y los rasgos negativos son las bestias salvajes que amenazan las cualidades de Amor y, a pesar de lo destructivos que puedan ser, Amor siempre prevalece y trasciende porque es nuestra verdadera Esencia e identidad.

Es por ello que aquí llamamos “fantasías e ilusiones” a los deseos negativos de ego, porque eso es lo que son. Se dan temporalmente y jamás perduran en nuestras vidas, y no olvidemos que la negatividad es una referencia y no una opción para nosotros.

Algunos sufren depresión, tristeza, frustración, ira, enojo, codicia, lujuria, crueldad, indolencia y otras cualidades negativas como residentes permanentes en todos los niveles de su conciencia, y de hecho los hacen “trascender” en sus vidas al hacerse adictos a ellos. Realmente son parte de sus vidas y son sus mayores referencias para relacionarse con otros y con su entorno.

Estos son de lo que hablan las noticias diarias en los titulares de guerras, crímenes, conflictos, robos, asaltos, secuestros, violaciones, estafas, desfalcos, fraudes, engaños, intimidaciones, racismo, xenofobia, e inclusive aquello apartentemente positivo como las rebeliones, revoluciones y levantamientos.

Estos no son positivos mientras sean el resultado de motivaciones negativas. ¿Qué provecho hay en la llamada “primavera árabe” si es producto de las intenciones nefastas del fundamentalismo islámico? Mientras estén motivados por su odio y total irrespeto por la dignidad e integridad humanas, seguirán siendo marionetas de las ilusiones y fantasías negativas de ego. ¡Y Amor no cohabita con nada de eso!

El propósito y destino de Amor como nuestra verdadera Esencia e identidad es protegernos del daño potencial de los aspectos negativos de la conciencia. Mientras Amor dirija y conduzca todas las dimensiones de la conciencia, nada nos puede afectar porque Amor es nuestra fortaleza y escudo.

Perseguiréis a vuestros enemigos, y ellos caerán por la espada ante vosotros. Cinco de vosotros someterán a un centenar [de ellos] y un centenar de vosotros someterá a diez mil, y vuestros enemigos caerán por la espada ante vosotros.

Esto lo vivimos en nuestras guerras de 1967 y 1973, cuando el pequeño ejército de Israel derrotó a los ejércitos combinados de varias naciones árabes. Prevalecimos y seuiremos prevaleciendo porque honramos el destino que el Creador quiere para Israel, y estos diez versículos de la porción que comentamos claramente ilustran nuestro destino, porque este es la causa y el efecto de nuestro Pacto con Dios.

Yo Me volveré hacia vosotros, y Yo os haré fructíferos y numerosos, y Yo estableceré Mi Pacto con vosotros.

Dios nos recuerda otra vez que Su Amor, del cual se nutre nuestro Amor, nos sustenta en lo bueno que cosechamos cuando andamos en Sus caminos.

Estos versículos son la premisa para tener la Presencia Divina permanentemente en nuestras vidas.

“Y Yo pondré Mi morada entre vosotros, y Mi Espíritu no os rechazará (...)”

Como lo hemos indicado anteriormente, Su morada es el Santuario (el Templo de Jerusalén) que también ha sido establecido por Él en los más elevados niveles de nuestra conciencia, y de ahí vivimos la plena realización de nuestra conexión con Él.

En este conocimiento de hecho sabemos que Él mora en nosotros.

Yo andaré con vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis Mi pueblo”.

Debemos entender que esta conexión es el propósito y el destino que Él quiere para nosotros como Su pueblo, y la única razón de nuestra liberación de las aspectos negativos de la conciencia humana.

Yo soy el Eterno vuestro Dios que os sacó de la tierra de Egipto, de ser esclavos para ellos [los egipcios]; y Yo rompí vuestras ataduras y os conduje erguidos.

Solamente el más grande Amor de todos, el Amor de Dios, nos libera de lo que no nos deja vivir y disfrutar de los modos y atributos de Amor, como los medios para remover las ataduras de las ilusiones y fantasías de ego, y andar erguidos en la libertad y felicidad sin límites que el Amor de Dios nos da como nuestra verdadera Esencia, identidad y destino.

El resto de la porción se refiere a los resultados negativos que padecemos tras elegir las fantasías e ilusiones de ego en vez de los modos y atributos de Amor. Al separarnos de nuestra verdadera Esencia nos sometemos al dominio de los aspectos negativos de la conciencia.

La Torá nos recuerda constantemente las bendiciones y las maldiciones entre las que debemos elegir, y la elección es nuestra. Elijamos las bendiciones.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.