domingo, 8 de julio de 2012

Pinjas: El Sacerdocio como el Mayor Nivel de Conciencia

La conciencia es un espacio multidimensional que integra todos los aspectos, rasgos y cualidades que forman la identidad humana. Estas dimensiones abarcan desde discernimiento, pensamiento, emociones, sentimientos, pasiones e instintos, hasta talentos, destrezas, creatividad y los modos en que nos relacionamos con el prójimo y las circunstancias. Todos estos junto a sus expresiones coexisten en una sola entidad que llamamos conciencia de ser, con el fin de vivir los resultados positivos y negativos de las decisiones que tomamos con nuestro libre albedrío.

Podríamos comparar la conciencia con el arca de Noé, donde él y su familia compartían el mismo espacio con parejas de especies animales. Es una metáfora apropiada y significativa de todas las dimensiones de la conciencia compartiendo una variedad de aspectos cuyo fin es coexistir armónicamente dentro de nosotros.

Como acabamos de mencionar, estas dimensiones implican diferentes niveles y actitudes de acuerdo a las circunstancias. Nuestro discernimiento no comparte su nivel con emociones o instintos, y nuestras pasiones no tratan con pensamientos o sentimientos cuando estas expresan su intensidad. Esto no quiere decir que estos niveles estén completamente separados entre sí porque de hecho pertenecen a la totalidad de la conciencia.

Lo que debemos aprender es hacer que todos manifiesten sus propias cualidades de la manera más armoniosa posible. En este sentido requieren un gobernante, un guía, un conductor que los una con ese propósito. Este conductor es el Sumo Sacerdote, la dimension o nivel más alto de la conciencia, ya que este representa el más sublime conocimiento de nuestro Hacedor, del Creador de todo.

Estamos destinados a unir nuestra conciencia bajo la voluntad del Creador, y lo hacemos mediante nuestro libre albedrío. La Torá nos instruye elegir lo positivo, productivo y constructivo, y también corregir y rectificar las consecuencias de nuestras decisiones equivocadas. Los filósofos llaman a este proceso empirismo, aprendizaje basado en la experiencia, algo que la Torá ha señalado con anterioridad.

Para tomar las decisiones correctas, el discernimiento es lo que nos lleva a lo bueno que deseamos, y a la Redención de añoramos. El espacio en que actúa nuestro discernimiento lo ocupan los modos y atributos con los que el Creador se relaciona con Su Creación, estos son los medios y cualidades de Amor como reflexiones materiales del Amor de Dios.

En este sentido, el Sumo Sacerdote es nuestro discernimiento cuando este actúa en los modos de Amor. Este es el mismo espacio donde el Sumo Sacerdote dirige las demás dimensiones de la conciencia.

Sed de los discípulos de Aarón, un amante de la paz, un procurador de la paz, que ama las criaturas y las acerca a la Torá” (Pirké Avot 1:12)

¿Cuál es el camino correcto que un hombre debe elegir por sí mismo? El que fuere armonioso para quien lo elige, y armonioso para la humanidad.” (2:1)

Esto que significa que aquello que hagamos debe ser positivo no sólo para nosotros sino para también para los demás.

Tenemos que entender el significado del Sacerdocio en el contexto de afecto y paz como rasgos primordiales de los modos y atributos de Amor, y es así como asimilamos por qué Dios dio a Pinjas Su Pacto de Paz.

“Pinjas el hijo de Eleazar el hijo de Aarón el sacerdote ha retirado Mi ira de los hijos de Israel debido su celo reivindicándome entre ellos, para que Yo no destruyera a los hijos de Israel debido a Mi celo. Por lo tanto he aquí que le di Mi Pacto de Paz.(Números 25:11-12)

Podría resultar difícil asociar paz con un acto violento como matar a dos personas al mismo tiempo con una lanza (25:7-8), lo cual debemos comprender respecto a nuestra relación con el Creador. Esto es el significado de lo que repetidamente hemos dicho en “Amor de Dios”: Amor no cohabita con nada diferente a sus modos y atributos”, y esto en sí es una concepción fundamental y radical.

Reiteramos otra vez que la dualidad existe en nuestra conciencia con el único propósito de que ejerzamos el libre albedrío para elegir ante positivo y negativo, donde “negativo” existe como referencia y no como opción. Pinjas tiene esto muy claro en su conciencia hasta el punto de cometer un acto aparentemente despiadado.

¿Acaso no deberíamos ser despiadados con la maldad? ¿Podríamos darnos el lujo de dispensar la causa de todos nuestros males, dolores, sufrimientos, frustración, depresión, tristeza, avaricia, crueldad, indiferencia, indolencia, violencia, explotación, opresión, despotismo y totalitarismo? No, no podemos; no, no debemos; no, no deberíamos.

No podemos permitir que las fantasías e ilusiones negativas de ego dirijan, guíen y conduzcan todas las dimensiones de la conciencia, y hacer de nuestra vida y entorno un lugar donde lamentemos vivir porque ha sido convertido en un basurero.

Una vez abracemos la voluntad de Dios como nuestro camino, y Amor como nuestra Esencia y verdadera identidad, entonces nos tocará proteger lo que somos, tenemos y hacemos con el escudo de los modos y atributos de Amor. Es así como entendemos que Amor es nuestra propia protección, porque Amor es su propia recompensa.

Es así como entendemos el “celo” y la “ira” de Dios, porque es con nuestro celo y nuestra ira que nos defendemos de los peligros y daños de las actitudes destructivas, el descuido y las malas acciones. La lección de la maldad, la iniquidad y la negativiadad es que tenemos que rechazarlas sin piedad y sin consideraciones.

Algunos proclaman que “la maldad en el mundo ya es suficiente”, como si el mal por sí mismo no lo fuera. Nos dan la impresión de que tener “algo” de maldad está bien, lo cual indica que no tienen idea de lo que se trata la Redención.

La Redención en el judaísmo es la erradicación de todo mal sobre la tierra, lo que significa erradicarlo de la conciencia humana como preludio para vivir en paz y armonía, tal como está escrito.

“Tú no eres un Dios que se complace con el mal. Contigo no convive el malvado.” (Salmos 5:4)

“La cara del Eterno está contra los que hacen maldad, para borrar el recuerdo de ellos sobre la tierra.” (34:16)

Logramos este conocimiento en los modos y atributos del Creador, en el conocimiento de Él, donde no hay absolutamente nada negativo.

Ellos no dañarán ni destruirán en mi montaña sagrada, porque la tierra estará llena del conocimiento del Eterno como las aguas llenan el mar.(Isaías 11:9)

Restablecemos todos los medios y arbitrios de los atributos de Amor al limpiar nuestra conciencia de lo que no necesitamos para vivir en el Pacto de Paz que el Creador nos ofrece al elegir Sus caminos y atributos en vez de las fantasías e ilusiones de ego. La misma determinación e ímpetu con los que rechazamos y eliminamos la negatividad en la conciencia son los que nos llevan a abrazar Amor como el guía y conductor de todas las dimensiones de la vida.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.