domingo, 1 de julio de 2012

Balak: Las Bendiciones de los Modos y Atributos de Amor

En la percepción dualista del mundo material nos vemos obligados a elegir en cada momento, y el reto constante es hacerlo entre una actitud positiva y otra negativa. En este sentido todos los niveles y dimensiones de la conciencia se asemejan a vasijas vacías en espera de ser llenadas con las elecciones que hacemos o que somos inducidos a hacer. Todo esto en últimas se reduce a elegir, ya sea los modos y atributos de Amor o las fantasías e ilusiones de ego.

Hemos dicho muchas veces que el Creador nos hizo con libre albedrío para existir como seres libres, de ahí que dependa de nosotros actuar en y por la libertad. El asunto es que este predicamento implica reglas y directrices para salvaguardar esa libertad para cada uno. De lo contrario el resultado es precisamente lo que hemos estado viviendo desde tiempo inmemorial hasta ahora: los rasgos negativos de la conciencia imponiendo su predicamento en la mayoría de los aspectos de la vida.

Esto bajo la dictadura de la agenda separatista de ego cuyo único fin es alejarnos de los modos y atributos de Amor. Las reglas y directrices necesarias para salvaguardar la paz y la armonía, la prosperidad y la abundancia, la solidaridad y la felicidad, el crecimiento y el progreso, la pureza y el refinamiento, y todo lo bueno que Amor ofrece, están dadas a nosotros por el Creador en Su Torá.

Los testimonios, estatutos, Mandamientos, caminos, medios, arbitrios y atributos del Creador son las bendiciones para nosotros y para los demás. Israel está particularmente bendecido como el receptor y heraldo de la Torá como instrucción, para convertirse en el mensajero y oferente de las bendiciones que el Creador nos da a todos.

Hemos dicho antes que las bendiciones son huecas si no las incorporamos en lo que somos y hacemos. No basta con decir, “¡Qué bien! Estoy bendecido. ¡Qué dicha!”, porque la verdadera bendicion es cuando somos y realizamos lo que esa bendición es para nosotros. Es como ser un monarca sin reino ni súbditos.

Los hijos de Israel están bendecidos porque ofrecen su bendición a la humanidad, al compartir su Torá con todos los que deseen también convertirse en esa bendición al vivir en los modos y atributos de Amor. Este es el legado, herencia y Mandamiento para Israel: Ser Luz para las naciones, tal como lo decretó nuestro Creador que es nuestra bendición y la de todo el mundo.

Ya hemos señalado (ver nuestros comentarios sobre la Parshat Balak: “Elevando Nuestra Conciencia al Amor de Dios” del 20 de junio, 2010 y “El poder de las Bendiciones de Amor Divino” del 3 de julio, 2011) que elegimos las bendiciones porque deseamos vivir en la bondad de Amor, y esta elección requiere determinación y compromiso para rechazar las ilusiones materialistas de ego en su afán de separarnos de la unidad de Amor.

Mientras vivamos y disfrutemos de nuestra libertad de elegir, somos abundantemente bendecidos si perseguimos los modos y atributos de Amor, así como el Profeta nos lo recuerda en la haftará para esta porción.

“Tu mano se levantará [prevalecerá] por encima de tus opresores, y todos tus enemigos serán destruidos.” (Miqueas 5:8)

Sólo necesitamos realizar nuestra determinación con templanza, sabiendo que Amor no cohabita con nada diferente de sus modos y atributos. Amor genera las buenas acciones que prevalecen sobre lo negativo, lo que nos oprime, nuestros enemigos. Mientras nos mantengamos firmes en la fortaleza y el poder de nuestra conciencia de Amor como nuestra Esencia y verdadera identidad, nada negativo puede oponerse.

No puede ser de otra manera, ya que Amor es la manifestación material del Amor de Dios, el mismo Amor que creó y sustenta toda Su Creación. No tenemos ninguna razón ni argumento para cuestionar el Amor de Dios como la Fuente de la que vivimos y respiramos.

Nuestra confianza en Dios es la misma que le tenemos a Amor desde el momento en que nacimos, porque sabemos que de hecho no podemos vivir sin Amor, el mismo que emana del Amor de Dios. Esta es la razón por la que debemos amarnos unos a otros, porque el Eterno nos ama. Esta confianza nos fortalece para darnos cuenta que el Amor de Dios también es nuestro Redentor para liberarnos de los aspectos negativos de la conciencia, que tarde o temprano nos harán elegir de vuelta los modos y atributos de Amor.

“Y acontecerá que en ese día, dice el Eterno, Yo quebrantaré vuestros caballos de vuestro entorno, y Yo destruiré vuestras carrozas.” (5:9)

Estas últimas representan lujuria y avaricia.

“Y Yo destruiré las ciudades de vuestra tierra, y Yo romperé todos vuestros baluartes.” (5:10)

Estos simbolizan las creencias negativas, al igual que las adicciones y hábitos negativos de los que no podemos liberarnos.

Solamente Amor tiene el poder de redimirnos de las artimañas manipuladoras de ego. Estas siempre auguran, llenas de expectivas, satisfacer fantasías e ilusiones materialistas.

“Y Yo destruiré la hechicería de vuestra mano, y no tendréis agoreros.” (5:11)

Y esas fantasías e ilusiones eventualmente se convierten en ídolos de nuestra total sumisión y devoción. Después de todo son nuestra propia invención, la obra de nuestras manos.

“Y Yo destruiré vuestras imágenes talladas y vuestras estatuas en vuestros entornos, y nunca más os prosternaréis ante la obra de vuestras manos.” (5:12)

Con nuestro pleno conocimiento de Amor somos capaces de subyugar los aspectos negativos de la conciencia.

“Y Yo quitaré vuestros templos de idolatría de vuestro entorno, y Yo destruiré a nuestros enemigos.” (5:13)

Y el Amor de Dios, en su infinita gracia y compasión, librará nuestra lucha para vencer los rasgos negativos remanentes que nos parece imposible vencer o subyugar. Estos mismos son los que nos hacen añorar volver a vivir permanentemente en la total libertad que Amor es.

“Y en Mi ira y furia Yo ejecutaré venganza sobre las naciones que no han cumplido.” (5:14)

Es así que como finalmente asimilamos que Dios nuestro Creador de hecho es nuestra bendición, y en este conocimiento también elegimos vivir en las bendiciones de Su Amor como nuestra Esencia e identidad, el precioso legado de Israel, de nosotros el pueblo hebreo para el mundo.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.