domingo, 23 de junio de 2013

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (X) Zacarías

"Regocíjate inmensamente, oh hija de Sión, oh hija de Jerusalén. He aquí que tu rey viene a ti. Él es justo y redentor, humilde, y montado sobre un asno, y sobre un pollino hijo de asnas." (Zacarías 9:9)

En este punto de su mensaje, el Profeta se refiere a rey ungido considerado por nuestros Sabios como el Mesías judío. Ellos nos enseñan que él encarna las virtudes del rey David (sobre las que comentaremos posteriormente) y, en torno al versículo de arriba, humildad es uno de los rasgos primordiales de la Conciencia Mesiánica. Este rasgo es mencionado en el contexto de rectitud y redención, y enfatizado al acompañarlo de la sencillez simbolizada por los asnos, que también representan la fuerza para sostener cargas pesadas.

El significado tradicional de la palabra rectitud en hebreo está relacionado con hacer lo correcto, justo y apropiado. Se trata de cualidades relacionadas con intenciones positivas en aras de resultados positivos. Somos rectos debido a buenos principios, pensamientos, emociones y sentimientos que nos motivan a cumplir su propósito. Por ello el término generalmente es traducido como "caridad", aunque su fin es actuar por Amor como la motivación fundamental detrás de lo que es correcto. Esta premisa nos conduce al resultado que todos anticipamos. Estamos aliviados, realizados, cuidados, curados y protegidos como efecto de lo que sigue a la rectitud en ese versículo: Redención.

Así concebimos y asimilamos los modos y atributos de Amor, como los cimientos que sostienen nuestra Redención individual y colectiva. De ahí que la Conciencia Mesiánica se base en vivir por estos modos y atributos que nos hacen ser y hacer lo correcto. Conociendo de dónde provienen entendemos que todos pertenecen a la humidad. Este rasgo esencial es contrario a la soberbia como la ausencia de las cualidades positivas mencionadas antes. Así entendemos las fantasías e ilusiones como resultados de los deseos materialistas de ego, que no nos motivan a actuar de acuerdo a los modos y atributos de Amor. En la Redención que todos añoramos no hay lugar para nada opuesto a los rasgos positivos que caracterizan la Conciencia Mesiánica.

"Y cortaré los carruajes de Efraín, y los caballos de Jerusalén, y el arco de batalla [también] será cortado, y él hablará paz a las naciones; y su dominio será de mar a mar, y desde el río hasta lo confines de la Tierra." (9:10)

La Conciencia Mesiánica se manifiesta como el principio integrador, unificador y armonizador que remueve y transforma tendencias y rasgos negativos. En particular aquellos que generan división, conflicto, confrontación y disputa, que culminan en guerra y destrucción. Estos son los carruajes, caballos y arcos de batalla, que además representan las armas de ego para hacer prevalecer sus fantasías e ilusiones negativas. Estas armas rodean, afligen y desolan Jerusalén como el nivel más elevado de la conciencia en el que estamos permanentemente conectados con el Creador. Efraín acá representa las Tribus de Israel como el heredero de la Primogenitura investida en su padre José.

Una vez las tendencias y rasgos negativos de la conciencia son removidos mediante las cualidades redentoras de la Conciencia Mesiánica, esta conducirá todos los aspectos y facetas de la vida con los modos y atributos de Amor ("y su dominio será de mar a mar, y desde el río hasta lo confines de la Tierra"). El Profeta se refiere al ungido que actúa en humildad como el pacificador entre las naciones, lo que significa que el poder de la paz es capaz de unificar todos los aspectos y dimensiones de la conciencia, para todos y cada uno de nosotros en este mundo.

Paz y armonía son los efectos de los modos y atributos de Amor, como rasgos positivos necesarios para desaparecer la maldad de la faz de la Tierra. En este sentido, el rey ungido anunciado en la profecía judía representa la Conciencia Mesiánica que prevalecerá cuando abracemos Amor como la manifestación material del Amor de Dios, y como nuestra Esencia y verdadera identidad.

"Porque los ídolos hablan vanidad, y los adivinadores ven mentira; y cuentan sueños de ilusión. Ellos confortan en vano porque anduvieron como rebaño. Fueron afligidos porque no había pastor." (10:2)

Una y otra vez nuestros Profetas nos advierten acerca de las fantasías e ilusiones de ego como los ídolos que nos hacen vivir en lo vano e inútil. Queremos comodidad y satisfacción en ellos al dedicarles nuestras energías. Al despertar de ellas nos damos cuenta que lo bueno prevalente de los modos y atributos de Amor no está en nuestra vida. Abrazamos nuestra Esencia y verdadera identidad como el primer paso hacia nuestro retorno al Creador, que nos dio lo que realmente somos. Al regresar al Él, Su Amor fortalece nuestra convicción de vivir en Sus caminos y atributos.

"Y Yo fortaleceré la casa de Judá, y Yo redimiré la casa de José, y Yo los traeré de regreso porque Yo tengo compasión de ellos, y ellos estarán como si no los hubiera desechado; porque Yo soy el Eterno Su Dios, y Yo los oiré." (10:6)

Cuando la Conciencia Mesiánica esté entronizada como el principio redentor anunciado por nuestros Profetas, las tendencias y potenciales positivos comenzarán a dar frutos. Hemos dicho muchas veces en este blog que las Tribus de Israel representan las tendencias y potenciales positivos destinados a revelar la Presencia de Dios, creando un espacio para que Él habite entre nosotros, tal como lo Él lo encomienda en la Torá y a través de Sus Profetas. Ellos nos recuerdan que el Creador sabe de nuestra añoranza de Él, y en Su compasión espera nuestro retorno a Él.

"Y aquellos de Efraín será como un hombre poderoso, y su corazón se regocijará como con vino; sí, sus hijos lo verán y se regocijarán, su corazón se alegrará en el Eterno. Yo los llamaré y los reuniré, porque Yo los he redimido; y ellos se multiplicarán como se han multiplicado." (10:7-8)

Tengamos presente siempre en nuestros corazones que la Redención Final se manifiesta cuando nuestro retorno al Creador sea completo, cuando nuestro Amor y Su Amor se junten y vivan juntos por siempre.

"Y el Eterno es Rey sobre toda la tierra, en ese día hay un solo Dios, y Su Nombre uno." (14:9)

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.