domingo, 25 de agosto de 2013

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XIX) Jeremías

Para asimilar plenamente la Conciencia Mesiánica como la premisa para la Redención Final, tenemos que entender principios fundamentales esenciales que nos enseña la Biblia hebrea. Dios nos creó a Su imagen y semejanza; nosotros y toda la Creación emanamos del Amor de Dios y somos sustentados por Él; nuestra Esencia y verdadera identidad provienen del Amor de Dios; estamos destinados a ser y manifestar Amor como la manifestación material del Amor de Dios; Él tiene un Plan para Su Creación como resultado de Su Amor por esta; en Su Amor, Dios agració a la humanidad con libre albedrío para que conozcamos nuestra Esencia e identidad con el fin de conocerlo a Él; Dios creo el mal para que podamos ejercer el libre albedrío, y hacernos conscientes de que el mal existe únicamente como referencia para elegir el bien.

Mientras reflexionamos sobre estos principios llegamos a la fácil conclusión de que todo lo que discernimos, pensamos, sentimos, decimos y hacemos, está basado en libre albedrío. De ahí que la Conciencia Mesiánica y la Redención Final dependan de las decisiones que tomemos. En este sentido tenemos que elegir para vivir por aquello que elegimos. La Torá nos dice que la Redención de Egipto fue el resultado de que los hijos de Israel hubiesen clamado a Dios. Ellos lo recordaron a Él, y respondió a su clamor. De esto Sabios jasídicos enseñan que la Redención de Egipto vino de arriba, y la Redención Final vendrá de abajo. Esto debemos comprenderlo como un proceso dinámico. Dios escucha si le hablamos, y también responde cuando clamamos a Él. Este clamor es el verdadero "grito primal". Gritamos clamando al Creador desde el momento en que respiramos por primera vez en el mundo material.

"Porque desde siempre he quebrado tu yunta, y roto tus ligaduras, y tú dijiste: 'Yo no transgrediré'; sobre cada montaña elevada y bajo cada árbol frondoso tú te acostaste, jugando a la ramera" (Jeremías 2:20) "Guarda tus piés de andar descalzos, y tu garganta de la sed; pero tú dijiste: 'No hay esperanza; no, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir'." (2:25)

Hablando de decisiones, el Profeta llama nuestra atención en torno al libre albedrío. Dios nos recuerda a través de aquel que Él nos da libre albedrío, porque este es la clave de nuestro nexo con Él. Entonces el "problema" es cómo manejamos el libre albedrío. Aquí es donde tenemos que reflexionar acerca de nuestra Esencia e identidad. La misma está destinada a gobernar y guiar nuestro juicio. Así finalmente nos damos cuenta de que nuestra libertad se fundamenta en Amor como manifestación material del Amor de Dios, de donde todo proviene. De esta manera asimilamos que Amor es su propia causa y efecto, el paradigma de nuestra existencia. Estamos aquí por Amor y para Amor. Libertad real es vivir en los modos y atributos de Amor. Por lo tanto ejercemos nuestro libre albedrío eligiendo Amor como motivación e intención para su efecto. Todos los Profetas hebreos nos hacen conscientes de las elecciones negativas que hacemos, al igual que su causa y efecto en nuestra conciencia.

"Si tú retornas, oh Israel, dijo el Eterno, retorna a Mí; y si tú alejas tus abominaciones fuera de Mi vista, y sin vacilar. Y jurarás, diciendo: 'Vive el Eterno en [la] verdad, en [la] justicia y en [la] rectitud', y bendecirse han en Él las naciones, y en Él se glorificarán. Porque así dijo el Eterno a los hombres de Judá y a Jerusalén: arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos" (4:1-3)

Como señalamos arriba, la dinámica de la conciencia humana se fundamenta en el libre albedrío. Esto significa que tenemos que elegir el camino hacia la Redención Final, asimilando la Conciencia Mesiánica en la que Amor guía y dirige todos los los aspectos, facetas y dimensiones de la vida. Damos nuestro último adiós al deseo egoísta de fantasías e ilusiones materialistas, y abrazamos la verdad, la justicia y la rectitud de los modos y atributos de Amor, las bendiciones del Amor de Dios, con los que lo glorificamos a Él. Estos son los campos donde aramos y sembramos, fértiles y sin espinos. No seremos redimidos por el Amor de Dios si no elegimos Amor al momento de decidir. Mientras sigamos viviendo con y en las tendencias negativas de la conciencia, la Redención sólo será un sueño fugaz.

"Oh Jerusalén, lava tu corazón de maldad, para que seas redimida. ¿Hasta cuándo albergarás pensamientos inicuos dentro de ti?" (4:14) "Porque Mi pueblo es necio, ellos no Me conocieron; son hijos ignorantes, y no tienen entendimiento; son sabios para hacer maldad, pero para hacer bien no tienen conocimiento" (4:22)

Las admoniciones y advertencias continúan en los mensajes del Profeta, como reiteración de lo que nos hace plenamente conscientes en torno a lo que elegimos con libre albedrío. Aquí nos damos cuenta que nuestras decisiones son directamente proporcionales a nuestro conocimiento del Creador. Entre menos lo conozcamos, menos estamos unidos a Él. Recordemos que el Creador nos conduce para que conozcamos nuestra Esencia e identidad, ya que lo que somos y tenemos provienen Él. Entre más lo conozcamos, más sabremos quiénes somos y para qué estamos aquí.

"Así dijo el Eterno: Que no se vanaglorie el sabio en su sabiduría, ni el poderoso glorificarse en su poder, ni el rico en sus riquezas. Sino que quien glorifica se glorifique en esto, que él Me entiende y Me conoce, que Yo soy el Eterno que realiza amorosa bondad, justicia, y rectitud en la tierra; porque en estas cosas Yo Me deleito, lo afirma el Eterno" (9:22-23)

El Amor de Dios es nuestra gloria y deleite. En Sus caminos y atributos nos glorificamos porque son nuestra libertad y plenitud. Estos versículos nos hacen comprender lo que nuestros Sabios implican al preguntar quién es rico. Aquí vemos que no se trata de sabiduría, poder ni posesiones, sino de nuestro conocimiento del Creador. En este conocimiento nos damos cuenta de que la verdadera riqueza es nuestra conexión con Él.

"Oh Eterno, corrígeme, pero en justicia; pero no en Tu furor, para que no me aniquiles. Derrama Tu enojo sobre las naciones que no te conocen, y sobre las familias que no llaman a Tu Nombre. Porque se comieron a Jacob, ellos lo devoraron y lo consumieron, y asolaron su morada" (10:24-25)

De ahí que en genuina humildad le pedimos a Él que nos guíe en el sendero que nos ha prometido. Aquí aprendemos que las naciones, como tendencias negativas de la conciencia, son la causa de nuestra separación del Creador, Sus caminos y atributos, que hacen sabio a nuestro libre albedrío para proteger nuestro nexo (la morada asolada) con Él. El Profeta emula las palabras del Rey David: 

"Redímenos, oh Eterno nuestro Dios, y reúnenos de entre las naciones, para que podamos dar gracias a Tu sagrado Nombre y glorificarnos en Tu alabanza. Bendito es el Eterno, el Dios de Israel, por toda la eternidad y decid: 'Amen'. Alabad a Dios." (Salmos 106:47-48)

domingo, 18 de agosto de 2013

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XVIII) Jeremías

De todos los profetas hebreos el más perseguido, humillado y oprimido fue Jeremías. No sólo porque era el mensajero de la palabra de Dios para Israel y las naciones sino porque decía la verdad. Lo irónico de esto es que ser portavoz de Dios y decir la verdad es lo mismo. Sabemos que Él nos revela atributos que manifiestan Amor por Su Creación: "Y el Eterno pasó ante él [Moisés], y proclamó: 'El Eterno, el Eterno, Dios compasivo y graciable, lento para ira, y de abundante amorosa bondad y verdad" (Éxodo 34:6). De ahí que nuestros Sabios enseñen que estos atributos corresponden a algunos de los Nombres de Dios, y Verdad es uno de ellos.

No es fácil vivir con la verdad, lo cual significa vivir por ella y para ella. Esta es la preciosa herencia de nuestra identidad judía que la Torá nos ha legado. Hemos dicho que ser imagen y semejanza de nuestro Creador quiere decir ser y manifestar Sus caminos y atributos. Somos compasivos porque Él es compasivo, amables y amorosos porque Él es abundante en amorosa bondad, graciables porque Él es graciable. Vivimos en la verdad porque Él es la única Verdad.

Estas son algunas de las razones de que Israel haya sido el más perseguido de todos los pueblos de la tierra. Vivimos por y para la Verdad que es la voluntad de Dios para el mundo material y aún más. La vida de Jeremías nos recuerda quiénes somos, por lo que vivimos y por lo que morimos. La definición integradora de esto es lo bueno que el Creador quiere que vivamos, disfrutemos y celebremos todo el tiempo. ¿Qué y quiénes son los enemigos de este propósito, simple pero integrador? ¿Quién procura subyugar y destruir lo bueno? ¿Quién podría vivir sin lo bueno como expresión de los modos y atributos de Amor, como la manifestación material del Amor de Dios? ¿Qué puede estar en contra de nuestra Esencia y verdadera identidad, con su libertad, expansión, totalidad, abundancia y plenitud como regalos del Amor de Dios? Las respuestas a estas preguntas son las tendencias negativas de la conciencia humana, que llamamos aquí fantasías e ilusiones de ego. Estas son los ídolos y enemigos de la Verdad que somos y que estamos destinados a vivir y manifestar.

"Antes de formarte en el vientre Yo te conocí, y antes de salir del vientre Yo te santifiqué; Yo te he nombrado profeta sobre las naciones." (Jeremías 1:5)

En este sentido Jeremías representa Israel. Como herederos de la Torá somos los portadores de la palabra de Dios y Su voluntad para el mundo material. Así entendemos que cuando el Creador habla a Jeremías, Él habla a Israel.

"Entonces el Eterno me dijo: 'Del norte irrumpirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra. Porque, he aquí que Yo llamaré a todas las familias de los reinos del norte, dijo. Y ellos vendrán, y cada uno establecerá su trono en la entrada de las puertas de Jerusalén, y contra todas las murallas alrededor, y contra todas las ciudades de Judá." (1:14-15)

En nuestro último comentario sobre las profecías de Ezequiel (el 11 de agosto de 2013 en este blog) dijimos que los puntos cardinales representan rasgos de nuestra conciencia, y el norte simboliza tendencias negativas y destructivas, de ahí que "el enemigo viene del norte". Estas son las cualidades negativas de las fantasías e ilusiones de ego, al igual que las bajas pasiones e instintos. Estas son las mayores amenazas contra lo bueno de los modos y atributos de Amor que rigen en el nivel más elevado de la conciencia, representado por Jerusalén. Sabios jasídicos se refieren a las "puertas" de Jerusalén como los orificios que tenemos en la parte superior del cuerpo, la cabeza. 

Señalan además las amenazas como seducciones negativas que percibimos con nuestros ojos abiertos, oídos, nariz y boca. De ahí que debamos protegernos de lo que vemos, oímos, olemos y saboreamos. Esto significa que tenemos que alejarnos de los deseos materialistas de ego que ciertamente experimentamos a través de los sentidos, los cuales provienen de la siniestra (el brazo izquierdo), el norte.

"Así dijo el Eterno: ¿qué injusticia han encontrado tus padres en Mí, que se han ido lejos de Mí, y andado tras cosas de vanidad, y convertidos en vanos?" (2:5) "¿Ha cambiado una nación sus dioses, que no son dioses? Pero Mi pueblo ha cambiado su gloria por aquello que no es beneficioso." (2:11) "Porque Mi pueblo ha cometido dos males: ellos Me han abandonado, la fuente de aguas vivas, y cavado cisternas, cisternas rotas que no contienen agua." (2:13)

Las advertencias y admoniciones contra la idolatría son mensajes fundamentales de la Torá y los Profetas hebreos, para que reflexionemos sobre las fantasías e ilusiones de ego como ídolos que esclavizan nuestro libre albedrío. Perdemos la libertad al apegarnos, obsesionarnos y hacernos adictos a ellas. Estas son las vanidades que nos hacen vanos, los dioses que no son dioses, por los que cambiamos los modos y atributos de Amor como las fuentes de lo bueno, de lo que nos beneficiamos. Estas son las aguas vivas que emanan del Amor de Dios. Las cambiamos por fantasías materialistas, las cisternas rotas que no tienen agua.

"Tus propias iniquidades te corregirán, y tus deslices te reprobarán: por lo tanto sabe y ve que es algo inicuo y amargo, que tú hayas abandonado al Eterno tu Dios, sin Mi reverencia en ti, dijo Dios el Eterno de multitudes." (2:19)

Vivir en las fantasías e ilusiones de ego tarde o temprano nos hace conscientes de su verdadera naturaleza. Esto se convierte en un proceso de aprendizaje mediante el cual terminamos forzados a perseguir lo bueno, a partir del dolor y el sufrimiento como resultado de tales fantasías e ilusiones. Lo negativo se convierte en el acusador y el castigo que nos empuja de vuelta a lo bueno que cambiamos por lo vano. Este versículo abarca lo que hemos reiterado una y otra vez. Dios no castiga nuestras transgresiones, nosotros somos castigados por las consecuencias de nuestra separación de Él. 

¿Qué podría ser peor y más amargo que vivir lejos de la Verdad y la Amorosa Bondad del Creador, de las que proviene todo lo que existe? En este sentido la amargura de la maldad y la iniquidad es el exilio que padecemos lejos de la Tierra Prometida de los modos y atributos de Amor, que es también nuestra Redención.

Hemos indicado que el único propósito del mal y todas sus formas y expresiones es ser una referencia -- y no una opción -- para que elijamos lo bueno. Lo bueno es de donde venimos y lo que estamos destinados a manifestar en todas sus formas y expresiones, como modos y atributos de Amor. La Conciencia Mesiánica es lo que nos trae de vuelta a la Esencia de lo que somos, el Amor de Dios.

domingo, 11 de agosto de 2013

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XVII) Ezequiel

Tres de los capítulos finales (40, 41 y 42) de las profecías de Ezequiel se refieren al lugar más importante sobre la tierra, que es el Templo de Jerusalén. Hemos dicho a menudo en este blog que el Templo representa el más elevado nivel de conciencia como conocimieto de nuestra conexión permanente con el Creador. En estos tres capítulos el Profeta describe las dimensiones y cámaras del tercer y final Templo destinado a existir eternamente. Comparado con el tamaño de los anteriores, este será una estructura mayor para integrar todos los aspectos, rasgos, cualidades, dimensiones y facetas de la conciencia bajo la regencia del Creador.

"Él los midió por los cuatro lados; tenía una muralla alrededor, el largo quinientos [codos], y el ancho quinientos, para hacer una separación entre aquello que es sagrado y aquello que es profano." (Ezequiel 42:20)

La descripción detallada del Templo final concluye con su razón principal. En este sentido, separar lo sagrado de lo profano tiene un propósito que es transformar y elevar el mundo material para convertirlo en un lugar donde Dios habite entre (en) nosotros.

"Y Él me dijo: 'Hijo de hombre, este es el lugar de Mi trono, y el lugar de las plantas de Mis piés, donde moraré entre los hijos de Israel para siempre; y la casa de Israel nunca más profanará Mi sagrado Nombre; ni ellos, ni sus reyes con su prostitución, ni por los cadáveres de sus reyes en sus lugares altos [pedestales]." (43:7)

El mensajes es claro. No hay espacio para las tendencias negativas de la conciencia ante la Presencia de Dios. Como siempre decimos, los modos y atributos de Amor no cohabitan con nada diferente de ellos. Los modos de Amor son contrarios a las fantasías e ilusiones de ego.

"Ahora dejad que ellos se alejen de su prostitución, y de los cadáveres de sus reyes, lejos de Mí, y Yo viviré entre ellos para siempre." (43:9)

Ha pasado muchísimo tiempo desde la transgresión en el Jardín del Edén hasta hoy día. Miles de años que son demasiados viviendo bajo el dominio de las tendencias negativas de la conciencia humana, a expensas del Amor de Dios. Con Su Amor el Creador nos da vida y la sustenta para que disfrutemos lo bueno de ella, y no lo malo que le imponemos. Crueldad, indolencia, indiferencia, ira, soberbia, avaricia, lujuria, envidia y demás son los cadáveres provenientes del falso sentimiento de carencia instigado por ego. Estas son las prostitutas y los reyes con los que tenemos la falsa creencia de que puedan satisfacer nuestros deseos materialistas.

"Entonces él me trajo de vuelta a la puerta exterior del Santuario, que mira hacia el este; y estaba cerrada. Y el Eterno me dijo: 'Esta puerta estará cerrada y no será abierta, y ningún hombre entrará por ella porque el Eterno, el Dios de Israel, ha entrado por ella; por lo tanto estará cerrada. Pero por el príncipe, siendo un príncipe, él se sentará ahí para comer pan ante el Eterno; él entrará por el pórtico de la entrada, y saldrá por ella misma'." (44:1-3)

Esta es una referencia acerca del mesías judío, llamado aquí el príncipe. Los primeros versículos mencionan la puerta oriental del Templo como la más importante, por el solo hecho de que el Eterno revela Su Presencia a través de ella. Nuestros Sabios reflexionan sobre los puntos cardinales con relación al cuerpo humano, señalando que lo que tenemos frente a nosotros es el este. De aquí aparece el sol naciente como símbolo del Amor de Dios por Su Creación. El brazo derecho representa el sur, y los dos simbolizan amorosa bondad. La espalda es el Mar Mediterráneo (oeste), que representa nuestros pensamientos y acciones que dejamos atrás después de realizarlos. El norte es el punto de donde proceden las tendencias negativas de la conciencia, representadas por el brazo izquierdo. De ahí que siempre debamos estar frente a la Presencia de Dios, de donde proviene nuestra existencia.

El Príncipe como punto focal de la Conciencia Mesiánica se sienta "para comer pan ante el Eterno". Este Príncipe es la piedra fundamental de nuestra conciencia individual y colectiva como Israel. Lo abrazamos como el estandarte de la Redención Final. En este sentido no hay Redención Final sin Conciencia Mesiánica. En esta nueva fase del Plan Divino para el mundo material, el Príncipe reemplaza al Sumo Sacerdote como el conocimiento de nuestra conexión permanente con Dios. Este conocimiento es sustentado por un pan, una fuente de subsistencia, que es consumido ante nuestro Creador. Este pan representa una nueva vida con un nuevo propósito, en el que los modos y atributos de Amor son los medios exclusivos para vivir la vida en todas sus dimensiones, tanto reveladas como oculatadas.

"Y tú dirás a los rebeldes, inclusive a la casa de Israel: 'Así dijo Dios el Eterno: "Oh, vosotros casa de Israel, que sean suficientes todas vuestras abominaciones, en las que vosotros habéis traído extranjeros, incircuncizos en corazón e incircuncizos en carne, para estar en Mi Santuario y profanarlo, en Mi casa cuando ofrecéis Mi pan, la gordura y la sangre; e invalidaron Mi Pacto por todas vuestras abominaciones." (44:6-7)

Este es otro reproche del Amor de Dios contra nuestra terquedad de elegir las fantasías e ilusiones de ego, en vez de los modos y atributos de Amor. Este predicamento está destinado a desaparecer para siempre cuando invitamos la Conciencia Mesiánica para conducir nuestro discernimiento, pensamientos, sentimientos, emociones, pasiones e instintos.

"Sin embargo los sacerdotes, los levitas, los hijos de Zadok que cuidaron Mi Santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de Mí, ellos vendrán cerca de Mí para servirme; y ellos se pararán frente a Mí para ofrendarme la gordura y la sangre, dijo Dios el Eterno. (...) Y ellos enseñarán a Mi pueblo la diferencia entre lo sagrado y lo profano, para que ellos disciernen entre lo impuro y lo puro." (44:15, 23)

Los rasgos, cualidades, talentos y potenciales creativos positivos de la conciencia humana, representados por las Tribus de Israel, están mencionados aquí también como sacerdotes y levitas, los hijos de Zadok (que también significa rectitud) que siempre permanecen fieles y leales a los caminos y Mandamientos de Dios. Estas son las tendencias positivas que guían nuestra conciencia para elegir también lo que es positivo. Estas son los elegidos para servir la voluntad de Dios en la Redención Final.

"Y cuando vosotros dividáis por sorteo la tierra de vuestra heredad, apartaréis una ofrenda para el Eterno, una porción sagrada de la tierra (...)." (45:1)

Cuando las Tribus de Israel retornen a ocupar la tierra de su heredad, cada una tendrá un lugar para que Dios more entre ellos. Esto quiere decir, como indicamos arriba, que cada rasgo, cualidad, talento, destreza y potentiales creativos estarán inspirados, nutridos y dirigidos por la Presencia Divina en nuestras vidas. Estas son las porciones asignadas que también representan nuestras vidas como individuos y como Nación. Es así como nos damos cuenta que Dios es nuestro Creador, y Su Amor la Esencia de lo que verdaderamente somos.

"y Mis príncipes no afligirán más a Mi pueblo, sino que darán la tierra a la casa de Israel, de acuerdo a sus Tribus. Así ha dicho Dios el Eterno: Que os sea suficiente, oh príncipes de Israel, removed violencia y desolación, e impartid justicia y rectitud; retirad vuestros abusos sobre Mi pueblo, dice Dios el Eterno." (45:8-9)

Cuando dejemos que los modos y atributos de Amor inspiren y guíen cada aspecto y nivel de la conciencia -- como los prínciples que dirijan nuestra vida --, no habrá maldad ni iniquidad en lo que pensemos, sintamos o hagamos, porque así lo ha dispuesto el Creador.

"Y será parte del prínciple dar las ofrendas de elevación, las ofrendas de alimentos, y las libaciones, en las festividades, y en los novilunios, y en los Shabats, en todas las temporadas asignadas de la casa de Israel; él preparará la ofrenda de pecado, y la ofrenda de alimentos, y la ofrenda de elevación, y las ofrendas de paz, para hacer expiación por la casa de Israel." (45:17)

La Conciencia Mesiánica como regente definitiva y eterna de nuestra vida tiene el poder de transformar y elevar aquello que obstruye el destino que Dios quiere para nosotros. En este contexto, ella expiará por todas las dimensiones de la vida representadas por la casa de Israel.

Ezequiel concluye sus profecías diciéndonos que del Templo de Jerusalém emanarán dos ríos que se extienden hacia el este y el sur (47:1-12). Estos ríos sanarán y revitalizarán a quienes entren en sus aguas. También entendemos estas aguas como la amorosa bondad que proviene de nuestro nexo permanente con el Creador. Una vez nuestro Amor abrace Su Amor, de hecho estaremos redimidos y viviendo eternamente en Su reino, sabiendo que Él es nuestro Creador. Así revelaremos Su Presencia en el mundo material y sólo lo bueno prevalecerá, tal como Él lo ha dispuesto para el final de los días.

"Y sobre la ladera del río, en este y en ese otro lado, crecerá todo árbol para alimento, cuyas hojas no se marchitarán, ni se dañará su fruto; traerá nuevo fruto cada mes, porque las aguas de ahí provienen del Santuario; y el fruto de ahí será para alimento, y las hojas de ahí servirán para curar." (47:12)

domingo, 4 de agosto de 2013

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XVI) Ezequiel

"Así dijo Dios el Eterno: He aquí que Yo estoy contra ti, oh Gog (...)" (Ezequiel 38:3)

Nuestros Sabios enseñan que los caminos y atributos del Creador son todos buenos y justos. De esto nos damos cuenta cuando echamos un vistazo a Su Creación. Dios ama Su Creación, y de ahí que la sustente. También enseñan que lo venimos a conocer mediante aquello que Él no hace o con lo que no es asociado. A través de Su rectitud deducimos que es compasivo y que no es indiferente a Su Creación. A este principio agregamos que Su Amor lo abarca todo, porque todos provenimos de Su Amor. De ahí que valoremos y apreciemos Su Amor, de donde emanamos y somos sustentados, por lo tanto es nuestra Esencia e identidad. 

Amor es la imagen y semejanza del Amor de Dios en el mundo material. Esto también significa que, aunque creó la oscuridad y el mal para que escojamos Luz y Amor, Él no se asocia con las tinieblas y la maldad. Por el solo hecho de que pide que elijamos lo bueno y la vida en vez de lo malo y la muerte, Dios se opone a estos últimos. De ahí que esté contra Og y Magog, ambos personificaciones de la maldad y lo negativo que estamos destinados a erradicar de nuestra conciencia, y por ende de la faz de la tierra.

"Después de muchos días serás convocado a servir, en los años finales tú vendrás contra la tierra que fue rescatada de la espada, que es reunida de muchos pueblos, contra las montañas de Israel, que han estado en continua desolación; pero traída fuera de los pueblos, y ellos [Israel] todos moran en seguridad." (38:8)

Uno de los Fundamentos del judaísmo es que Dios controla y dirige Su Creación, incluidos el mal y la negatividad. Este principio no contradice el hecho de que Él nos dio libre albedrío para elegir entre el bien y el mal, verdadero y falso, positivo y negativo, productivo e inútil, etc. Después de todo, estamos sometidos a causa y efecto debido al libre albedrío. Esto quiere decir que las elecciones que hacemos tienen consecuencias. 

En este sentido cuando leemos que Dios se dirige a Gog (las tendencias y aspectos destructivos de la conciencia humana) para atacar la tierra que precisamente ha sido redimida de los rasgos representados por Gog y Magog, debemos entenderlo como una prueba final para aquellos -- Israel -- que fueron reunidos de entre las naciones para vivir con seguridad en su tierra.

Si en realidad estamos redimidos de los aspectos negativos de la conciencia, como lo señala esta profecía, no tendremos nada qué temer. Si no tenemos que tratar más con lo malo en lo que discernimos, pensamos, sentimos, decimos y hacemos, la maldad no puede afectarnos. Esta es la promesa del Creador anunciada en estos versículos.

"(...) y tú dirás: 'Yo subiré contra la tierra de los caseríos sin murallas, yo vendré sobre ellos que están tranquilos, que moran seguros, todos ellos morando sin murallas, y que no tienen cercos ni portales (...)" (38:11)

Nuestra habitual actitud negativa ante la vida, que es un apego o adicción para muchos, no se va a rendir ante lo bueno tan fácilmente como creeríamos. La negatividad arremete contra nuestra inocencia ("caseríos sin murallas"), contra la paz interior y exterior que ganamos cuando permitimos que Amor conduzca todas las facetas de la vida ("estar en tranquilidad"), contra nuestra certeza y determinación de vivir por y para lo que es justo ("morar seguros"), contra nuestra verdadera libertad ("morar sin murallas") sin temores, dudas, aprehensiones ni incertidumbres ("ni cercos ni portales").

"Y tú [Gog] saldrás de tu lugar, de las remotas partes del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos montados en caballos, una gran compañía y un poderoso ejército (...)" (38:15)

La mayoría de las referencias que hacen las Escrituras Hebreas respecto al "norte" están relacionadas con rasgos negativos representados por "pueblos" y "naciones" que provienen de esa dirección. En un sentido más profundo, estos represetan los mismos rasgos y cualidades encarnadas en Gog, Magog y sus aliados. Estos son los ejércitos montados en caballos para infligir violencia y opresión contra lo bueno, representado por la reunión de las Tribus de Israel dispersas y exiliadas, a las que se refiere este pasaje.

"(...) será en el final de los días, y Yo te traeré contra Mi tierra, para que las naciones Me conozcan, cuando seré santificado a través de ti, oh Gog, ante sus ojos." (38:16)

Como lo hemos indicado, la Torá y las Profecías Judías anticipan la prevalencia del bien sobre el mal luego de un período en el que estamos destinados a reconocer, valorar y entronizar lo bueno como la verdadera razón y propósito de la vida. De ahí que haya un tiempo ("el final de los días" o "el día del Eterno") cuando la conciencia es llamada por nuestro Creador para que esta ponga fin a sus tendencias negativas, y abrace por siempre nuestra Esencia y verdadera identidad que Él nos dio para deleitarnos y regocijarnos. 

Al traer por última vez las tendencias y aspectos negativos de la conciencia para confrontarlos con los positivos, el Creador quiere manifestar Su gloria como Su voluntad. De este modo asimilamos que la maldad y las tinieblas sirven un propósito en la Creación de Dios. También existen para cumplir Su Plan para nosotros. Ante Su Presencia nos daremos cuenta que la maldad y la negatividad han cumplido Su voluntad.

"Y Yo vendré contra él [Gog] con pestilencia y con sangre, y Yo haré que caiga lluvia sobre él, y sobre sus bandas, y sobre los muchos pueblos que están con él, una lluvia torrencial, y grandes pedazos de granizo, fuego, y azufre." (38:21-22)

La Redención Final revelada en estos versículos nos recuerda el Éxodo de Egipto, cuando Dios infligió pestilencia y sangre sobre el faraón, su tierra y su pueblo. Aquí se presentan como elementos purificadores como la lluvia, las aguas torrenciales, granizo, fuego y azufre. Podemos inferir que los rasgos negativos representados por Gog, Magog y sus "muchos pueblos" con ellos no sólo van a ser destruidos sino también transmutados o transformados en cualidades positivas que reconocerán la bondad conductora de Israel, destinada a revelar la Presencia Divina en el mundo material.

"Así Me engrandeceré y Me santificaré, y Me haré conocer ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que Yo soy el Eterno." (38:23)

Al entronizar los modos y atributos de Amor en cada aspecto y dimensión de la conciencia, el Amor de Dios también será completamente revelado.

"Y Yo enviaré fuego sobre Magog, y sobre aquellos que habitan seguros en las islas; y sabrán que Yo soy el Eterno. Y Mi sagrado Nombre haré conocer en medio de Mi pueblo Israel; y nunca más veré profanado Mi sagrado Nombre, y las naciones sabrán que Yo soy el Eterno, el Sagrado en Israel." (39:6-7)

Nuestros Sabios dicen que el significado general de Magog es "lo que viene de Gog", de ahí que ambos nombres representen lo mismo. De esto implicamos que la maldad engendra maldad. También deducimos que lo malo nos aisla de lo bueno que tiene la vida. Iniciamos esta tendencia cuando dejamos que las fantasías e ilusiones de ego controlen y dirijan nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, pasiones e instintos.

Amor de Dios es el Fuego Divino que transforma los efectos aislantes del egoísmo y sus resultados. Solamente el Amor de Dios puede redimir nuestra conciencia de la opresión y el cautiverio de las fantasías e ilusiones de ego. En nuestra Redención y libertad reconocemos a nuestro Creador y Su sagrado Nombre en lo que estamos destinados a ser, tener y hacer, de acuerdo a Su Plan.

"Sí, todo el pueblo de la tierra los enterrará, y será para ellos renombre; en el día en que Yo seré glorificado, dijo Dios el Eterno." (39:13)

De hecho el Creador será glorificado por todos nosotros cuando enterremos para siempre toda la maldad de la faz de la tierra, incluída la que hemos vivido en nuestra conciencia individual y colectiva. Este es el eje central de todas las Profecías Judías.

"(...) congregáos a cada lado de Mi fiesta que os preparo para vosotros, ciertamente una gran fiesta, sobre las montañas de Israel, en la que vosotros comeréis carne y beberán sangre. La carne de los poderosos comeréis, y la sangre de los príncipes de la tierra beberéis; carneros, corderos, y cabras, becerros, engordados de Bashán son todos ellos. Y comeréis la gordura hasta que estéis llenos, y beberéis sangre hasta que os embriaguéis, de Mi fiesta que Yo he preparado para vosotros" (39:17-19)

Dijimos dos veces arriba que las tendencias negativas serán, ya sea eliminadas o transformadas y transmutadas en modos positivos mediante los cuales podremos conocer a nuestro Creador, cuando Su Presencia sea revelada en el mundo material. En este contexto, estos versículos nos dicen que seremos nutridos y fortalecidos "comiendo" la carne de los "poderosos", y "bebiendo" su sangre en un gran festín sobre las montañas de Israel. Estas montañas son el conocimiento inmutable de que Dios es nuestro Creador, y que todo lo somos, tenemos y hacemos proviene de Él.

Aquellas creencias, ideas, apegos, adicciones y obsesiones, representadas por la sangre de príncipes y animales elevados en ofrendas a sus ídolos (codicia, lujuria, envidia, indiferencia, indolencia, ira, soberbia, etc.) serán devorados y transformados en las delicias que el Amor de Dios prepara para nosotros en la próxima fase de Su Plan llamado la Conciencia Mesíanica en la Redeción Final.

"Y ellos conocerán que Yo soy el Eterno su Dios, y que Yo los hice cautivos entre las naciones, y los he reunido en su propia tierra; y Yo no dejaré a ninguno más de ellos allá [entre las naciones], ni ocultaré más Mi rostro de ellos; porque Yo he derramado Mi Espíritu sobre la casa de Israel, dijo Dios el Eterno." (39:28-29)

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.