domingo, 4 de agosto de 2013

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XVI) Ezequiel

"Así dijo Dios el Eterno: He aquí que Yo estoy contra ti, oh Gog (...)" (Ezequiel 38:3)

Nuestros Sabios enseñan que los caminos y atributos del Creador son todos buenos y justos. De esto nos damos cuenta cuando echamos un vistazo a Su Creación. Dios ama Su Creación, y de ahí que la sustente. También enseñan que lo venimos a conocer mediante aquello que Él no hace o con lo que no es asociado. A través de Su rectitud deducimos que es compasivo y que no es indiferente a Su Creación. A este principio agregamos que Su Amor lo abarca todo, porque todos provenimos de Su Amor. De ahí que valoremos y apreciemos Su Amor, de donde emanamos y somos sustentados, por lo tanto es nuestra Esencia e identidad. 

Amor es la imagen y semejanza del Amor de Dios en el mundo material. Esto también significa que, aunque creó la oscuridad y el mal para que escojamos Luz y Amor, Él no se asocia con las tinieblas y la maldad. Por el solo hecho de que pide que elijamos lo bueno y la vida en vez de lo malo y la muerte, Dios se opone a estos últimos. De ahí que esté contra Og y Magog, ambos personificaciones de la maldad y lo negativo que estamos destinados a erradicar de nuestra conciencia, y por ende de la faz de la tierra.

"Después de muchos días serás convocado a servir, en los años finales tú vendrás contra la tierra que fue rescatada de la espada, que es reunida de muchos pueblos, contra las montañas de Israel, que han estado en continua desolación; pero traída fuera de los pueblos, y ellos [Israel] todos moran en seguridad." (38:8)

Uno de los Fundamentos del judaísmo es que Dios controla y dirige Su Creación, incluidos el mal y la negatividad. Este principio no contradice el hecho de que Él nos dio libre albedrío para elegir entre el bien y el mal, verdadero y falso, positivo y negativo, productivo e inútil, etc. Después de todo, estamos sometidos a causa y efecto debido al libre albedrío. Esto quiere decir que las elecciones que hacemos tienen consecuencias. 

En este sentido cuando leemos que Dios se dirige a Gog (las tendencias y aspectos destructivos de la conciencia humana) para atacar la tierra que precisamente ha sido redimida de los rasgos representados por Gog y Magog, debemos entenderlo como una prueba final para aquellos -- Israel -- que fueron reunidos de entre las naciones para vivir con seguridad en su tierra.

Si en realidad estamos redimidos de los aspectos negativos de la conciencia, como lo señala esta profecía, no tendremos nada qué temer. Si no tenemos que tratar más con lo malo en lo que discernimos, pensamos, sentimos, decimos y hacemos, la maldad no puede afectarnos. Esta es la promesa del Creador anunciada en estos versículos.

"(...) y tú dirás: 'Yo subiré contra la tierra de los caseríos sin murallas, yo vendré sobre ellos que están tranquilos, que moran seguros, todos ellos morando sin murallas, y que no tienen cercos ni portales (...)" (38:11)

Nuestra habitual actitud negativa ante la vida, que es un apego o adicción para muchos, no se va a rendir ante lo bueno tan fácilmente como creeríamos. La negatividad arremete contra nuestra inocencia ("caseríos sin murallas"), contra la paz interior y exterior que ganamos cuando permitimos que Amor conduzca todas las facetas de la vida ("estar en tranquilidad"), contra nuestra certeza y determinación de vivir por y para lo que es justo ("morar seguros"), contra nuestra verdadera libertad ("morar sin murallas") sin temores, dudas, aprehensiones ni incertidumbres ("ni cercos ni portales").

"Y tú [Gog] saldrás de tu lugar, de las remotas partes del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos montados en caballos, una gran compañía y un poderoso ejército (...)" (38:15)

La mayoría de las referencias que hacen las Escrituras Hebreas respecto al "norte" están relacionadas con rasgos negativos representados por "pueblos" y "naciones" que provienen de esa dirección. En un sentido más profundo, estos represetan los mismos rasgos y cualidades encarnadas en Gog, Magog y sus aliados. Estos son los ejércitos montados en caballos para infligir violencia y opresión contra lo bueno, representado por la reunión de las Tribus de Israel dispersas y exiliadas, a las que se refiere este pasaje.

"(...) será en el final de los días, y Yo te traeré contra Mi tierra, para que las naciones Me conozcan, cuando seré santificado a través de ti, oh Gog, ante sus ojos." (38:16)

Como lo hemos indicado, la Torá y las Profecías Judías anticipan la prevalencia del bien sobre el mal luego de un período en el que estamos destinados a reconocer, valorar y entronizar lo bueno como la verdadera razón y propósito de la vida. De ahí que haya un tiempo ("el final de los días" o "el día del Eterno") cuando la conciencia es llamada por nuestro Creador para que esta ponga fin a sus tendencias negativas, y abrace por siempre nuestra Esencia y verdadera identidad que Él nos dio para deleitarnos y regocijarnos. 

Al traer por última vez las tendencias y aspectos negativos de la conciencia para confrontarlos con los positivos, el Creador quiere manifestar Su gloria como Su voluntad. De este modo asimilamos que la maldad y las tinieblas sirven un propósito en la Creación de Dios. También existen para cumplir Su Plan para nosotros. Ante Su Presencia nos daremos cuenta que la maldad y la negatividad han cumplido Su voluntad.

"Y Yo vendré contra él [Gog] con pestilencia y con sangre, y Yo haré que caiga lluvia sobre él, y sobre sus bandas, y sobre los muchos pueblos que están con él, una lluvia torrencial, y grandes pedazos de granizo, fuego, y azufre." (38:21-22)

La Redención Final revelada en estos versículos nos recuerda el Éxodo de Egipto, cuando Dios infligió pestilencia y sangre sobre el faraón, su tierra y su pueblo. Aquí se presentan como elementos purificadores como la lluvia, las aguas torrenciales, granizo, fuego y azufre. Podemos inferir que los rasgos negativos representados por Gog, Magog y sus "muchos pueblos" con ellos no sólo van a ser destruidos sino también transmutados o transformados en cualidades positivas que reconocerán la bondad conductora de Israel, destinada a revelar la Presencia Divina en el mundo material.

"Así Me engrandeceré y Me santificaré, y Me haré conocer ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que Yo soy el Eterno." (38:23)

Al entronizar los modos y atributos de Amor en cada aspecto y dimensión de la conciencia, el Amor de Dios también será completamente revelado.

"Y Yo enviaré fuego sobre Magog, y sobre aquellos que habitan seguros en las islas; y sabrán que Yo soy el Eterno. Y Mi sagrado Nombre haré conocer en medio de Mi pueblo Israel; y nunca más veré profanado Mi sagrado Nombre, y las naciones sabrán que Yo soy el Eterno, el Sagrado en Israel." (39:6-7)

Nuestros Sabios dicen que el significado general de Magog es "lo que viene de Gog", de ahí que ambos nombres representen lo mismo. De esto implicamos que la maldad engendra maldad. También deducimos que lo malo nos aisla de lo bueno que tiene la vida. Iniciamos esta tendencia cuando dejamos que las fantasías e ilusiones de ego controlen y dirijan nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, pasiones e instintos.

Amor de Dios es el Fuego Divino que transforma los efectos aislantes del egoísmo y sus resultados. Solamente el Amor de Dios puede redimir nuestra conciencia de la opresión y el cautiverio de las fantasías e ilusiones de ego. En nuestra Redención y libertad reconocemos a nuestro Creador y Su sagrado Nombre en lo que estamos destinados a ser, tener y hacer, de acuerdo a Su Plan.

"Sí, todo el pueblo de la tierra los enterrará, y será para ellos renombre; en el día en que Yo seré glorificado, dijo Dios el Eterno." (39:13)

De hecho el Creador será glorificado por todos nosotros cuando enterremos para siempre toda la maldad de la faz de la tierra, incluída la que hemos vivido en nuestra conciencia individual y colectiva. Este es el eje central de todas las Profecías Judías.

"(...) congregáos a cada lado de Mi fiesta que os preparo para vosotros, ciertamente una gran fiesta, sobre las montañas de Israel, en la que vosotros comeréis carne y beberán sangre. La carne de los poderosos comeréis, y la sangre de los príncipes de la tierra beberéis; carneros, corderos, y cabras, becerros, engordados de Bashán son todos ellos. Y comeréis la gordura hasta que estéis llenos, y beberéis sangre hasta que os embriaguéis, de Mi fiesta que Yo he preparado para vosotros" (39:17-19)

Dijimos dos veces arriba que las tendencias negativas serán, ya sea eliminadas o transformadas y transmutadas en modos positivos mediante los cuales podremos conocer a nuestro Creador, cuando Su Presencia sea revelada en el mundo material. En este contexto, estos versículos nos dicen que seremos nutridos y fortalecidos "comiendo" la carne de los "poderosos", y "bebiendo" su sangre en un gran festín sobre las montañas de Israel. Estas montañas son el conocimiento inmutable de que Dios es nuestro Creador, y que todo lo somos, tenemos y hacemos proviene de Él.

Aquellas creencias, ideas, apegos, adicciones y obsesiones, representadas por la sangre de príncipes y animales elevados en ofrendas a sus ídolos (codicia, lujuria, envidia, indiferencia, indolencia, ira, soberbia, etc.) serán devorados y transformados en las delicias que el Amor de Dios prepara para nosotros en la próxima fase de Su Plan llamado la Conciencia Mesíanica en la Redeción Final.

"Y ellos conocerán que Yo soy el Eterno su Dios, y que Yo los hice cautivos entre las naciones, y los he reunido en su propia tierra; y Yo no dejaré a ninguno más de ellos allá [entre las naciones], ni ocultaré más Mi rostro de ellos; porque Yo he derramado Mi Espíritu sobre la casa de Israel, dijo Dios el Eterno." (39:28-29)

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.