domingo, 26 de enero de 2014

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XLI) Isaías

“La carga de Egipto. He aquí que el Eterno va montado sobre una nube veloz y llega a Egipto; se estremecen los ídolos de Egipto ante Su Presencia, y el corazón de los egipcios se derrite dentro de ellos.” (Isaías 19:1)

El Profeta sigue refiriéndose a la carga de las naciones como rasgos y tendencias negativas en la conciencia. Egipto representa las tendencias más abyectas en las pasiones e instintos, instigadas por las fantasías e ilusiones de ego. De ahí que Egipto sea la peor de las esclavitudes y que nuestros ancestros necesitaran la directa liberación del Creador. Hemos mencionado con frecuencia en este blog que Egipto era la nación más depravada de la antigüedad, y que fuimos esclavos en medio de su ambiente corrupto. Dios nos promete mediante el Profeta que Él va a eliminar esa carga de nuestra conciencia.

“Y Yo enfrentaré Egipto contra Egipto, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo, ciudad contra ciudad, y reino contra reino.” (19:2)

Son particularmente peculiares las maneras y medios del Creador para remover los rasgos negativos como ídolos que creamos a partir de la codicia, lujuria y ambición de ego. Otra vez llegamos a comprender que la maldad destruye al malvado, como resultado de la confrontación entre la causa del mal y el efecto del mal. Así asimilamos Egipto contra Egipto, hermano contra hermano, etc. Esta es otra metáfora compleja que se parece más a una paradoja. Lo que realmente hacemos es luchar contra nosotros mismos.

Nuestra envidia pelea contra nuestra ambición, y nuestra lujuria contra nuestra codicia. ¡Estos rasgos se supone pertenecen al mismo bando! ¿Cómo es eso de que se pelean entre sí? Analicemos en detalle. Una vez más la advertencia resuena en nuestra conciencia: el malvado perece en su maldad. En este escenario no hay libre albedrío, ya que no hay nada positivo para pensar, sentir o experimentar. El Creador quiere que aprendamos las lecciones de vivir en las tendencias negativas derivadas de las fantasías e ilusiones de ego.

“Y el espíritu de Egipto se desvanecerá dentro de él, haré desaparecer sus planes. Y ellos acudirán a los ídolos, a los hechiceros, a los espiritistas y a los adivinos.” (19:3)

Es bastante evidente que no podemos deshacernos de nuestras obsesiones, apegos y malos hábitos, simplemente porque estamos adictos a ellos. El Profeta habla de Dios vaciando la vasija de aquello que la hemos llenado con rasgos que nos mantienen cautivos de las bajas pasiones e instintos. Aunque en ese proceso nuestras adicciones se defienden buscando más fantasías e ilusiones, representadas aquí como ídolos, hechizos, fantasmas y espíritus. En los versículos (19:4-16) el Profeta habla metafóricamente de la destrucción de los rasgos negativos representados por Egipto.

“Y la tierra de Judá será terror para Egipto; todo hombre que de ella se acordare se asombrará de ella, a causa del propósito que el Eterno de las multitudes acordó contra aquel [Egipto].” (19:17)

Es necesaria una conciencia elevada para combatir bajos pensamientos, emociones, sentimientos, pasiones e instintos. Esta es la tierra de Judá como terror para Egipto. En el contexto de nuestra Redención Final, terror significa la reverencia que Judá inspirará en Egipto para convertirse en un rasgo cooperativo en vez de destructivo. Nuestra conciencia superior será la que percibirá, pensará, sentirá, se expresará y hablará en consonancia armónica con los caminos y atributos del propósito de Dios para Su Redención Final.

“En aquel tiempo habrá altar para el Eterno en medio de la tierra de Egipto, y una columna para el Eterno junto a su frontera. Y será por señal, y por testimonio al Eterno de las multitudes en la tierra de Egipto; porque al Eterno clamarán a causa de sus opresores, y Él les enviará salvador y señor que los libere.” (19:19-20)

Un altar implica ofrendas. En este sentido el altar es el medio por el que nos conectamos con Dios. Egipto elevará ofrendas a Él, lo que significa que aquello que instigaba una acción negativa se convertirá en motivación para hacer lo que es bueno. Todos los aspectos, niveles y dimensiones en la conciencia con el potencial de manifestar maldad o bondad estarán armónicamente unidos hacia ser y realizar lo bueno como denominador común en la Redención Final. En conclusión, nuestras vidas se convertirán en altares mediante los que elevamos lo bueno en nosotros hacia lo bueno que es nuestro Creador.

La Conciencia Mesiánica, como el medio para manifestar el Plan Divino para la Redención Final, es el salvador y defensor a través del cual transformamos todas las tendencias y rasgos negativos en la conciencia en cualidades y expresiones positivas de la vida.

“Y el Eterno se dará a conocer en Egipto, y los egipcios conocerán al Eterno en aquel día. Ellos venerarán con sacrificios y ofrendas, harán promesa al Eterno y la cumplirán. Y el Eterno golpeará a Egipto, golpeará pero curará; y ellos volverán al Eterno, y Él les responderá y los sanará.” (19:21-22)

El Profeta nos dice que Dios es nuestro único Redentor, porque Él es nuestro Creador. Todas las dimensiones de la conciencia, incluyendo la “carga de Egipto”, conocerán a Dios cuando comencemos a abrazar Sus caminos y atributos como nuestra propia Esencia y verdadera identidad. En este conocimiento redentor realizaremos Su voluntad. Dios aflojará y aliviará nuestras adicciones y apegos negativos, en un proceso que sentiremos como golpiza y curación al mismo tiempo. En nuestra conexión con el Amor de Dios, a través de Sus caminos y atributos, Él nos sanará de nuestras propias invenciones derivadas de las fantasías e ilusiones de ego.

“En aquel tiempo habrá un camino de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios al Eterno. En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria; será una bendición en medio de la tierra.” (19:23-24)

Una de las cualidades de la Conciencia Mesiánica es su capacidad de integrar todas las facetas y dimensiones de la vida, incluyendo todos los rasgos y tendencias, en una unidad armónica funcional con el propósito común de realizar la voluntad de Dios mediante los modos y atributos de Amor. En este sentido Amor como lo que une, integra y armoniza todo. En este conocimiento todos nos convertimos en bendiciones en medio de la tierra. Aquí Israel representa los modos y atributos de Amor como herencia del Amor de Dios para la conciencia humana. Así comprendemos que la herencia de Dios para el mundo son los modos y atributos de Amor como las bendiciones materiales de Su Amor.

“Porque el Eterno de las multitudes los bendecirá, diciendo: 'Bendito el pueblo mío Egipto, y Asiria obra de mis manos, e Israel mi herencia'.” (19:25)

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.