domingo, 1 de marzo de 2015

La Conciencia Mesiánica en la Profecía Judía (XCVIII) Isaías

Una manada de camellos te cubre, dromedarios de Medián y Efá, todos ellos de Seba vienen. Oro e incienso cargan, y de las alabanzas del Eterno proclaman las buenas nuevas. Todo el rebaño de Kedar se reúne para ti, los carneros de Nebaiot te sirven. Ellos ascienden para ser aceptados en Mi altar y la casa de Mi esplendor Yo adorno.(60:6-7)

El bien que Dios derrama en Su Creación es lo que Él quiere que conozcamos. Este bien también ha estado en lugares donde no se había visto en la antigüedad, sitios de idolatría (Medián, E, Kedar y Nebaiot) donde la Luz y gloria de Dios estuvieron ocultadas en la conciencia humana. Estas son el oro y el incienso que las alabanzas a Dios proclaman como las buenas nuevas que provienen de Su amorosa bondad y verdad.

Los camellos y dromedarios representan los aspectos animales de nuestra conciencia que están destinados a cargar y manifestar el bien que regirá y conducirá todos las facetas de la vida. Ovejas y carneros son las ofrendas de animales que simbolizan las buenas acciones que elevamos para unirnos al Amor de Dios.

Esto acontece en el más elevado nivel de conciencia que es Su altar en el Templo de Jerusalén. Esta es la casa de Su esplendor que Dios adorna, Su Luz en la que quiere que vivamos permanentemente.

¿Quiénes son estos? Como una densa nube vuelan, y como palomas sobre sus ventanales. Ciertamente por Mí esperan las islas, y las naves de Tarshish primero, para traer a tus hijos de lo lejos. Su plata y su oro con ellos, para el Nombre del Eterno tu Dios para el Sagrado de Israel, porque Él te ha adornado.(60:8-9)

El Profeta se refiere aquí a la reunión de los exiliados judíos y las Tribus perdidas. Isaías pregunta por ellos al comenzar la Redención Final, ya que esta se manifestará cuando todos los judíos retornen a su tierra. Ellos son como palomas que vuelven a sus nidos, y como pueblos de islas que esperan por su retorno de lugares lejanos. Ellos regresarán por y con su inherente bien hacia el bien de los caminos y atributos del Creador, que son Su Nombre por el que lo conocemos a Él, porque es el Sagrado de Israel. El Nombre de Dios es el esplendor con el que Él adorna a Israel.

E hijos de extraños han construido tus murallas, y sus reyes te sirven. Porque en Mi enojo te he golpeado, y en Mi buena placidez Me he compadecido de ti. Y tus portales han estado abiertos continuamente, de día y de noche no han estado cerrados, para traer a ti la fuerza de las naciones. Hasta sus reyes son guiados [por ti].(60:10-11)

Rasgos y cualidades extraños para nosotros serán revelados a nosotros para construir los cimientos de la conciencia mesiánica. Nuestras más preciadas creencias y principios (“reyes”) servirán el propósito que Dios quiere que tengamos en esta fase final de Su Creación.

Hemos dicho repetidas veces que nuestra separación de los caminos y atributos de Dios es Su “enojo”. Nuestra separación del bien de los modos y atributos de Amor nos ha golpeado, pero el Amor de Dios siempre ha estado presente en Su compasión.

El Creador ha abierto permanentemente nuestra conciencia para que fortalezcamos lo bueno en nosotros con las tendencias y rasgos que debemos reorientar hacia pensamientos y acciones positivos. Por largo tiempo hemos permitido que nuestras tendencias y rasgos negativos (las naciones) equivoquen nuestro propósito en la vida. Debemos tomar el control total de ellos para hacerlos servir al bien como único propósito en la vida.

Porque la nación y el reino que no te sirvan perecen, sí, las naciones son un completo desperdicio. La gloria del Lebanón viene a ti. El abeto, el pino, y el ciprés, juntos para adornar el lugar de Mi Santuario. Y Yo haré glorioso el escabel de Mis pies.(60:12-13)

El cambio que Dios promete para nuestra conciencia en la era Mesiánica es absoluto, porque en él no hay espacio para nada negativo. Cada rasgo de la conciencia servirá la voluntad de Dios sin excepciones. Nada que no sea bueno será eliminado. Sólo el bien, la gloria del Lebanón (el Templo de Jerusalén como el pleno conocimiento de nuestra conexión permanente con Dios) conducirá la vida, junto con los rasgos positivos (“árboles”) que lo adornan. Este también es la gloria como el escabel de los “pies” de Dios, que simbolizan Su Presencia revelada en el mundo material.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.