domingo, 11 de septiembre de 2011

Reflexiones en torno a Elul

Nuestra tradición judía nos dice que Elul es el mes de nuestro retorno al Creador. Algunos de nuestros Sabios llaman a este proceso "arrepentimiento", un término que implica un regreso hacia lo que eran las cosas antes de elegir separarnos de Él. Algunos de nuestros contemporáneos lo comparan con la reprogramación de un ordenador personal, y quizá podría ser así. Después de todo, la vida, al igual que las computadoras, funciona de acuerdo a un "programa" diseñado según la información que contenga o que se le imprima. Pero nosotros sabemos que la vida es más compleja que eso, ya que de lo contrario seríamos androides; aunque mucha gente en este mundo vive como máquinas pre-programadas o pre-condicionadas. El asunto aquí es qué clase de programa o acondicionamiento son los que vuelven irrelevante el libre albedrío y la libertad, debido al hecho de que convierten a la gente en entidades que responden o reaccionan basadas en cómo se les dijo pensar, sentir, comportarse y actuar.

Este preámbulo es una invitación a reflexionar en quiénes realmente somos, en nuestra verdadera identidad como individuos que razonan y dotados con emociones, sentimientos, pasiones e instintos. ¿Adónde hemos ido que necesitamos retornar al Creador, y qué tan lejos estamos de quiénes verdaderamente somos? Estas son las preguntas que debemos considerar en Elul antes de pararnos frente al Creador de todo lo que existe. ¿Qué "realidad" es la que nos aleja de Él, la que nos hace dudar y con la incertidumbre de quiénes somos? En el libro "Dios como Amor" decimos repetidas veces que el Amor de Dios es nuestra Esencia porque nosotros, al igual que toda Su Creación, somos una emanación de Su Amor; y Amor es el programa, lo que ingresamos y recibimos, la causa y el efecto. Cualquier cosa diferente de Amor es lo que nos separa de Amor mismo, por lo tanto de nuestro Creador y de todo lo demás que proviene de Él. Solamente con nuestro total conocimiento de Amor como nuestra causa y efecto en nuestras vidas podremos presentarnos ante Dios.

En este punto de nuestras reflexiones sabemos que lo que es diferente de Amor son las fantasías e ilusiones de los deseos materialistas de ego, la "información" equivocada y los "virus" que deterioran y dañan el programa original de la vida humana, y de la vida en general. En este sentido, el "arrepentimiento" implica el concienzudo proceso de atención y sensatez hacia un inventario detallado de las cosas que afectan y deterioran nuestras vidas y las de los demás. Estas cosas abarcan pensamientos, ideas, creencias, patrones de comportamiento, valores socioculturales, emociones, sentimientos y adicciones psíquico-físicas. Una vez tengamos el inventario del discernimiento de las cosas negativas que no queremos en nuestra vida ni en nuestros entornos, debemos tener el coraje y la determinación de separarnos de ellas. Se trata de las elecciones que hicimos como resultado de las ilusiones de ego y su sentimiento de carencia. Por un lado, nos damos cuenta que carencia es la creencia y el sentimiento de estar incompletos; y por otro, que es Amor lo que mantiene nuestra copa siempre llena. Este es el conocimiento (lo que nos unge) que necesitamos tener presente en la mente y el corazón para que nuestra vida (la copa) esté siempre llena de Amor: "Tú has ungido mi cabeza con aceite, mi copa está rebosante" (Salmos 23:5) Después de todo, si el Amor de Dios es nuestro sustento y guía, ¿de qué podríamos carecer? "El Eterno es mi Pastor, nada me habrá de faltar" (23:1)

No es un proceso fácil tras una vida entera de acondicionamientos basados en la mala educación que hemos recibido a través de miles de años. Tampoco fácil hacerlos desaparecer en un mes. Sin embargo, si tenemos el coraje, no sólo de enfrentar nuestras fantasías e ilusiones de ego sino de aguantar sus consecuencias, entonces hay en verdad una bendición en nuestro dolor y sufrimiento; porque, a través de ellos, nos damos cuenta que negatividad no es lo que necesitamos en nuestras vidas, tanto individuales como colectivas. ¿Cuánto dolor y sufrimiento, tristeza y depresión hemos creado y seguimos creando en el mundo, como si ya no fueran suficientes? En "Dios como Amor" decimos que creemos que la vida y el mundo están para ser vividos y disfrutados como el Jardín del Edén creado para ser eso y para seguir siéndolo; y Amor es el camino para regresar a él.

Entonces regresemos juntos, como el salmista nos lo recuerda en los seis versículos de una de sus alabanzas al Creador:

"El Eterno es mi Pastor, nada me habrá de faltar. En verdes praderas me hace recostar [en la abundancia de Su Amor como nuestra Esencia e identidad]; Él me conduce junto a aguas tranquilas [los pensamientos de Amor que dirigen nuestras acciones]. Él revive mi alma [Amor sustenta y nutre nuestra conciencia del Amor de Dios aún cuando nos separamos de Él]. Él me conduce por senderos de rectitud en aras de Su Nombre [los caminos de Amor son todos de rectitud, por ser inherentes a Él]. Aún si anduviere yo por el valle de la sombra de la muerte, no temeré mal alguno porque Tú estás conmigo [aún si anduviésemos en las tinieblas de las ilusiones, Amor como nuestra verdadera Esencia no nos abandona porque es lo que somos]. Tu vara y tu cayado [los caminos y atributos de Amor], ellos me confortarán. Tú preparas una mesa para mí ante la mirada de mis enemigos [somos capaces de reconocer que Amor es mayor que cualquier ilusión material, porque Amor trasciende el mundo material. Amor es la mesa llena de Sus atributos, a diferencia de la carencia derivada de la negatividad y sus ilusiones que son nuestros enemigos]. Tú has ungido mi cabeza con aceite, mi copa está rebosante [cuando nos hacemos conscientes del Amor de Dios como nuestro propio Amor]. [Y en esta sublime realización podamos siempre vivir en el conocimiento de Amor en cada dimensión de nuestra conciencia:] Que sólo el bien y la amorosa bondad me sigan todos los días de mi vida, y vivir en la Casa del Eterno por muchos largos años" (Salmo 23)

Que las reflexiones en torno a nuestro regreso al Amor de Dios, a Amor como nuestra verdadera identidad, nos lleven a remover toda negatividad de nuestras vidas y entornos, y de todo lo innecesario en el mundo en que vivimos. Y que sólo Amor y sus atributos lo llenen con Su Gloria, como siempre ha sido, es, y será. Amén.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.