En
esta parshá la
palabra Kohen (Sumo
Sacerdote) aparece 35 veces, 32 en el capítulo 14 y 3 en el capítulo
15 del Levítico. Igualmente, la frase "ante
Dios"
se menciona 10 veces en el capítulo 14 y 3 en el capítulo 15. ¿Por
qué esas palabras y frases son repetidas en el contexto de
la parshá?
Sabemos que cuando palabras y frases aparecen repetidas en la Biblia
hebrea es para destacar, subrayar y enfatizar el mensaje en el que
están mencionadas. Es este caso el mensaje también es señalado en
la porción anterior Tazria,
y expandido con detalles relacionados a la remoción de la "lepra"
de aquel que transgrede por lo que nuestros Sabios consideran
difamación y juicios negativos contra el prójimo. El exégeta Kli
Yakar se refiere en particular a hablar negativamente, ser arrogante
y avaro. Estas dos últimas características como aparente raíz de
la primera.
El
Sumo Sacerdote, que simboliza el nivel más alto de la conciencia, es
el que nos guía en el proceso de retorno a nuestro conocimiento del
Creador. El Sumo Sacerdote nos enseña a "sacrificar" las
cualidades negativas que causan la "lepra", la cual amenaza
el bienestar espiritual y material que logramos cuando seguimos los
caminos y atributos de Amor. "Y el Sumo Sacerdote que lo limpia
preparará al hombre para ser purificado, y con ellos ante Dios, a
las puertas del Tabernáculo." (Levítico 14:11) La frase "y
con ellos" se refiere a los sacrificios de animales ofrecidos a
las puertas del Tabernáculo, haciendo alusión a que debemos remover
pensamientos y comentarios negativos de la mente y el corazón antes
de entrar en nuestra conciencia del Amor de Dios. Como hemos dicho,
necesitamos remover (limpiar) todos los aspectos de la conciencia
para convertirlos en las vasijas e instrumentos de la voluntad de
Dios.
Cuando
hablamos de nuestro bienestar espiritual y material, nuestra "casa"
(donde vivimos) está incluida; y en la parshat se
mencionan los riesgos de propagación de la lepra en sus paredes. En
el peor de los casos, el Sumo Sacerdote ordena la destrucción de
toda la casa y construirla de nuevo. El mensaje de mantener limpios
todos los aspectos de la conciencia (nuestra casa) "ante Dios"
está no solamente claro y enfatizado en la Torá, sino que abarca
cada aspecto de nuestra vida material. La presencia de nuestra
conciencia superior (el Sumo Sacerdote reiterado 35 veces) como
nuestra guía es la también repetida advertencia de que debemos
estar siempre apegados a nuestro Creador, y permanentemente ante Él.
Nuestros Sabios elaboran sobre los significados ocultos del texto
bíblico indicando que las "casas" que los israelitas
ocuparían de los pueblos cananeos después de conquistar la Tierra
Prometida son las tendencias que debemos doblegar y dirigir al
Servicio de Dios.
El Midrash nos
cuenta acerca del oro escondido por los amoritas (la "nación"
cananea que representa precisamente la maledicencia) dentro de las
paredes de sus casas que más tarde sería encontrado por los
israelitas al destruirlas porque estaban contaminadas con lepra. El
mensaje oculto es que cuando limpiemos todos nuestros niveles de
conciencia de tendencias negativas encontraremos el oro, la Luz como
Amor ocultado en las tinieblas de aquellas.
El
siguiente capítulo de la parshá
continúa
con instrucciones de limpieza en torno al período menstrual de la
mujer y después del parto. En este sentido, la limpieza involucra
agua como vida contra la muerte (representada por la sangre
contaminada por el óvulo que no llegó a ser fertilizado). La
separación temporal del hombre y su esposa, ordenada en la Torá,
nos enseña que la cercanía e intimidad entre ambos solamente debe
ocurrir cuando la vida y su potencial de reproducirse o re-crearse
estén presentes. Y ello es consecuente considerando que la vida es
el propósito de toda la Creación, y es Amor Divino lo que la crea,
la nutre y la sustenta.