domingo, 11 de abril de 2010

Parshat Metzorá: Limpiándonos en el Amor de Dios


En esta parshá la palabra Kohen (Sumo Sacerdote) aparece 35 veces, 32 en el capítulo 14 y 3 en el capítulo 15 del Levítico. Igualmente, la frase "ante Dios" se menciona 10 veces en el capítulo 14 y 3 en el capítulo 15. ¿Por qué esas palabras y frases son repetidas en el contexto de la parshá? Sabemos que cuando palabras y frases aparecen repetidas en la Biblia hebrea es para destacar, subrayar y enfatizar el mensaje en el que están mencionadas. Es este caso el mensaje también es señalado en la porción anterior Tazria, y expandido con detalles relacionados a la remoción de la "lepra" de aquel que transgrede por lo que nuestros Sabios consideran difamación y juicios negativos contra el prójimo. El exégeta Kli Yakar se refiere en particular a hablar negativamente, ser arrogante y avaro. Estas dos últimas características como aparente raíz de la primera.

El Sumo Sacerdote, que simboliza el nivel más alto de la conciencia, es el que nos guía en el proceso de retorno a nuestro conocimiento del Creador. El Sumo Sacerdote nos enseña a "sacrificar" las cualidades negativas que causan la "lepra", la cual amenaza el bienestar espiritual y material que logramos cuando seguimos los caminos y atributos de Amor. "Y el Sumo Sacerdote que lo limpia preparará al hombre para ser purificado, y con ellos ante Dios, a las puertas del Tabernáculo." (Levítico 14:11) La frase "y con ellos" se refiere a los sacrificios de animales ofrecidos a las puertas del Tabernáculo, haciendo alusión a que debemos remover pensamientos y comentarios negativos de la mente y el corazón antes de entrar en nuestra conciencia del Amor de Dios. Como hemos dicho, necesitamos remover (limpiar) todos los aspectos de la conciencia para convertirlos en las vasijas e instrumentos de la voluntad de Dios.

Cuando hablamos de nuestro bienestar espiritual y material, nuestra "casa" (donde vivimos) está incluida; y en la parshat se mencionan los riesgos de propagación de la lepra en sus paredes. En el peor de los casos, el Sumo Sacerdote ordena la destrucción de toda la casa y construirla de nuevo. El mensaje de mantener limpios todos los aspectos de la conciencia (nuestra casa) "ante Dios" está no solamente claro y enfatizado en la Torá, sino que abarca cada aspecto de nuestra vida material. La presencia de nuestra conciencia superior (el Sumo Sacerdote reiterado 35 veces) como nuestra guía es la también repetida advertencia de que debemos estar siempre apegados a nuestro Creador, y permanentemente ante Él. Nuestros Sabios elaboran sobre los significados ocultos del texto bíblico indicando que las "casas" que los israelitas ocuparían de los pueblos cananeos después de conquistar la Tierra Prometida son las tendencias que debemos doblegar y dirigir al Servicio de Dios.

El Midrash nos cuenta acerca del oro escondido por los amoritas (la "nación" cananea que representa precisamente la maledicencia) dentro de las paredes de sus casas que más tarde sería encontrado por los israelitas al destruirlas porque estaban contaminadas con lepra. El mensaje oculto es que cuando limpiemos todos nuestros niveles de conciencia de tendencias negativas encontraremos el oro, la Luz como Amor ocultado en las tinieblas de aquellas.

El siguiente capítulo de la parshá continúa con instrucciones de limpieza en torno al período menstrual de la mujer y después del parto. En este sentido, la limpieza involucra agua como vida contra la muerte (representada por la sangre contaminada por el óvulo que no llegó a ser fertilizado). La separación temporal del hombre y su esposa, ordenada en la Torá, nos enseña que la cercanía e intimidad entre ambos solamente debe ocurrir cuando la vida y su potencial de reproducirse o re-crearse estén presentes. Y ello es consecuente considerando que la vida es el propósito de toda la Creación, y es Amor Divino lo que la crea, la nutre y la sustenta.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.