domingo, 5 de febrero de 2012

Amor y Vida como Causa y Efecto

Resumamos algunos de los principios que presentamos en "Dios como Amor" como esenciales del alma del judaísmo.

1- El Amor de Dios es la causa y el efecto de Su Creación, y en nuestro limitado entendimiento podemos concebir al Creador a través de lo que percibimos como Su Creación. Lo que hacemos a partir de ella es nuestra creación y no de Él. Esto hay que destacarlo ya que muchos "culpan" a Dios por las decisiones y acciones que toman y realizan, en vez de asumir completa responsabilidad de las consecuencias de nuestros actos. Aprendimos desde hace mucho tiempo que nosotros, como la mayoría de las especies animales, estamos diseñados para vivir cuidándonos unos a otros como premisa para sobrevivir en el mundo material, y también sabemos que ese "cuidar" no es nada más que Amor.

Esta es la Verdad real y tangible, aunque no para aquellos que la conocen pero la rechazan y hasta luchan contra ella. ¿Cómo es esto posible? ¿Por qué algunos de nosotros podemos negar algo tan evidente y tan obvio como Amor, que es nuestra verdadera Esencia e identidad? Probablemente debemos preguntarlo de otra manera. ¿Por qué algunos selectivamente reconocen Amor y lo viven en ciertos aspectos de sus vidas --como con la familia, con amigos allegados, con creencias o ideologías-- y no en otras circunstancias? Como aquellos que son amables con unos y crueles con otros que no precisamente representan una amenaza o peligro para ellos, como ocurrió con alemanes y judíos en la primera mitad del siglo XX. ¿Cuál es la raíz de este odio irracional selectivo? ¿Ideología? ¿enfermedad mental? ¿Es acaso posible someter Amor a una ideología? ¿Deberíamos llamar dementes a aquellos que "aman" a sus familias al mismo tiempo que sin odian sin fundamento válido a otros? Estos odian a expensas de Amor, de la misma manera que asesinan a expensas de la vida. Necesitamos estar vivos para poder matar, al igual que necesitamos tener Amor para poder odiar, ya que Amor es la Esencia que nutre la vida como manifestación material del Amor de Dios en Su Creación.

2- Amor no cohabita con nada diferente a sus caminos y atributos. En este sentido definimos judaísmo como "la ética de Amor", porque la Torá Escrita y la Torá Oral, ambas como una sola, contienen las indicaciones para realizar plenamente el mensaje fundamental del judaísmo: "Ama a tu prójimo como [te amas] a ti mismo, [porque] Yo soy el Eterno" (Levítico 19:18) y hay maneras y atributos para amar a nuestros congéneres, que aprendemos del Creador mediante nuestro conocimiento de Su Amor a Su Creación. Es fundamental conocer y vivir el Amor de Dios para poder concebir y enfocar nuestro Amor en el mundo material. Amamos debido al Amor de Dios, y lo hacemos emulando la manera en que Él nos ama al igual que a toda Su Creación. Esto explica que la bondad que procuramos para nosotros individualmente debe ser la misma bondad que procuramos para los demás. Esto incluye la advertencia talmúdica de que no debemos hacer a los demás lo que consideramos desagradable para nosotros, lo cual implica una contradicción directa hacer algo para nuestro bien mientras hacemos algo desagradable para los demás, como lo hicieron alemanes con judíos y con otros durante el régimen nazi.

3- Amor es el conocimiento de nuestro nexo y relación con Dios. Entre más conscientes y atentos estamos del Amor de Dios en Su Creación, más lo conocemos y lo amamos a Él. Ente más pensamos, sentimos y actuamos en los caminos y atributos de Amor, más estamos conectados con el Creador. En término "Mandamiento" en hebreo significa literalmente "conexión", y nuestros Sabios explican que cumplimos la voluntad de Dios (Sus Mandamientos) como medios para estar ligados a Él. Esto tiene perfecto sentido porque mediante nuestras buenas acciones manifestamos nuestra cercanía a Él. En este contexto, hacer lo opuesto es separarnos de Él y es a esto a lo que nos referimos cuando decimos que Amor no cohabita con nada diferente a sus caminos y atributos. El Creador siempre está con nosotros por encima de lo que creamos, pensemos, sintamos o hagamos, por el hecho de que somos criaturas emanadas de Él; y somos nosotros quienes decidimos "separarnos" de Él.

3- Amor, como la manifestación material del Amor de Dios, es nuestra verdadera Esencia e identidad. En este conocimiento y realización, Amor es también el medio y el fin para redimir nuestra conciencia de la actitud negativa ante la vida y sus resultados adversos que vemos en el mundo. El Creador nos legó libre albedrío para vivir con libertad total y real. De ahí que en este conocimiento seamos capaces de tomar decisiones positivas para cosechar efectos positivos. El Creador no es responsable de nuestros actos, sino nosotros. Si sabemos lo que Amor es entonces también conocemos la clave de nuestra verdadera libertad y Redención. Seamos conscientes que depende de nosotros, individualmente y colectivamente, redimirnos a nosotros mismos y corregir los daños que hemos causado debido a actitud negativa ante la vida y el mundo. Esta es nuestra responsabilidad y no de Dios. En este sentido, es nuestro deber manifestar la era Mesiánica y la Redención anunciadas por nuestros Profetas.

Maimónides y otros exégetas hebreos comparten la misma visión del "fin de los tiempos". Como hemos dicho frecuentemente, fuimos responsables de la destrucción del Primer y Segundo Templos de Jerusalén, y también depende de nosotros construir el Tercer Templo como santuario final y permanente tanto en nuestra Tierra de Israel como en nuestra conciencia. De la misma manera que hemos permitido pensamientos, emociones, sentimientos, pasiones e instintos negativos en nuestra conciencia, somos perfectamente capaces de encaminarlos en una dirección positiva con fines positivos, los cuales son los caminos y atributos de Amor, como causa y efecto de bondad. Ego, junto a todos los aspectos de la conciencia, es una fuerza conductora que también debe ser conducida en esa misma dirección.

4- Amor es inherente a la vida, y la vida es inherente a Amor. Este principio se deriva del primero mencionado arriba, y de una manera más profunda. Del mismo modo que el Amor de Dios nos concibió, somos materialmente concebidos por, a través de, y por Amor como nuestra Esencia e identidad. Sabemos que la vida es el propósito de la Creación. En la liturgia judía recitamos cada mañana "Tú [Dios] eres la vida de todos los mundos" y en nuestra conciencia se estar vivos debemos decir "el mundo fue creado para mí", tal como lo enseñan nuestros Sabios. Debemos afrontar la vida como afrontamos Amor, tan simple como Esencial, porque no hay nada complejo ni complicado sobre Amor. Cuidamos unos de otros simplemente porque es parte de cómo amamos.

Amor se define por sus caminos y atributos, que son todos acerca de bondad. Nuestros Sabios relacionan simplicidad con humildad, y complejidad con presunción, y podemos concluir que entre más simples somos más fácil es afrontar la vida. Entre menos nos ocupemos acerca de lo que creemos, sintamos o poseamos, más fácil viviremos. La gente muy apegada a sus complejidades en cada aspecto de la conciencia encuentra más difícil adaptarse a ambientes o condiciones más simples. Humildad y simplicidad son las vasijas de las bendiciones de Dios, las cuales son Su Amor. Amor fluye mejor en la simplicidad, y generalmente es rechazado o condicionado por lo complejo, que mayormente es producto de ilusiones y fantasías materialistas de ego.

Del Prefacio del Libro

¿Por qué el Amor de Dios, como nuestro Creador, fue escondido por tanto tiempo? Nuestros Sabios místicos hebreos creen que fue ocultado por Sí Mismo para que nosotros lo busquemos, lo encontremos y lo revelemos. Pero, ¿por qué quisiera esconderse como en un juego de niños? No. Nosotros lo escondimos. Fuimos nosotros quienes no quisimos reconocer el Amor de Dios como nuestro Creador.(...) Reexaminemos nuestra memoria ancestral, intelecto, sentimientos, emociones y pasiones. Hagamos que despierten a nuestra verdadera Esencia, captemos la exquisita conciencia del Amor de Dios. La manera en la que está escrito este libro procura reafirmar y reiterar su propósito, por lo tanto presenta su mensaje y contenido en forma reiterativa. Esa es su meta para reinstaurar esta Verdad originalmente proclamada en nuestras Sagradas Escrituras, por nuestros Profetas y Sabios. Nuestro propósito es entronizar el Amor de Dios como nuestra Esencia y verdadera identidad en todas las dimensiones de la conciencia, para así cumplir Su Promesa de que Él habite entre nosotros para siempre.