La
manera en la que comunicas los mensajes de Dios como Amor parecen
fáciles de entender, aunque difíciles de adaptar a la realidad
(material). ¿Cómo podemos vivir más Amor en nuestras vidas en
medio de la negatividad con la que tenemos que lidiar diariamente?
Ciertamente
suena fácil porque en algún momento de nuestras vidas vivimos con
plena conciencia de Amor y sus atributos. Sabemos
que
sin Amor es simplemente imposible vivir y sostener la vida. Esto
también quiere decir que en algún punto adaptamos Amor a nuestro
entorno inmediato, ya sea como hijos o como padres, hermanos y
hermanas, amigos y seres queridos. Hemos enfatizado innumerables
veces que el mayor obstáculo para dejar que Amor nos conduzca en
toda circunstancia es la agenda “personal” de ego. Hemos dicho
que los problemas en nuestra relación con los demás comienzan
cuando traspasamos los límites que establecen el respeto mutuo, el
cuidado y la protección de unos por otros. Dicho de otra manera,
nuestra libertad termina donde comienza la de los demás, lo que
significa que no debemos obtener ganancia, gozo o provecho a expensas
de la pérdida, el sufrimiento o la carencia de otros. En este
sentido Amor implica una situación en la que todos ganamos y ninguno
pierde. Es por ello que decimos que Amor es la causa y el efecto,
porque debe ser así para sera verdadero Amor. La obstrucción de ego
se manifiesta cuando deseamos algo a expensas o en detrimento de
otros, y los modos de Amor se manifiestan cuando compartimos su
bondad para el avance y mejoramiento de todos. Este es el tipo de
conciencia que define la Redención Final en el judaísmo. Hemos
dicho en Dios como Amor que “democracia” no es el 51% gobernando
y el 49% gobernado, o 51 ganando y 49 perdiendo y reducidos a hacer
“oposición”, porque nosotros creemos que la auténtica
“democracia” (la
ponemos entre comillas porque el término pertenece a las “naciones”
y por lo tanto es ajeno al judaísmo)
se trata
de un consenso general
en el que
todos debemos
coincidir
en aquello que es para el bienestar individual y colectivo. También
hemos mencionado que nuestros Sabios místicos enseñan que
combatimos las tinieblas (negatividad) no declarando la guerra a la
maldad sino expandiendo Luz (los caminos y atributos de Amor), lo
cual es hacer el bien y acciones positivas (lo que en el judaísmo es
estudiar la Torá y cumplir sus Mandamientos)
para
disipar la maldad y sus derivados.
Para
responder a tu pregunta, vivimos más Amor en nuestra vida cuando
seguimos sus caminos y ejercemos sus atributos. En este sentido entre
más ames, más eliminas negatividad en tu entorno. Quizá no sea un
proceso fácil, pero si comienzas contigo mismo tratando de tener
presente Amor como nuestra verdadera Esencia y nexo común con el
Creador, Su Amor te guiará para disipar las tinieblas que podría
haber alrededor. Ten presente que tú amas porque Amor es tu Esencia
e identidad, y lo haces simplemente en aras de Amor.
Tengo
dificultad para comprender pasajes de Tanaj (la Torá y las Sagradas
Escrituras hebreas) aunque estoy
consciente de que sus significados esotéricos están lejos de
nuestro entendimiento. ¿Hay alguna manera de poder asimilar los
mensajes de esos pasajes que parecen distantes para el entendimiento
humano?
Tú
ya sabes lo que nuestros Sabios dicen respecto a los niveles de
percepción y/o entendimiento de nuestras Escrituras hebreas, que son
el literal, el alegórico o simbólico, el indirecto
por
deducción ética o filosófica, y el esotérico o místico. También
destacan que debemos percibir, discernir y asimilar todos
estos
niveles, dando a entender que tenemos que comprenderlos y aceptarlos
como los modos y medios para aprender y conocer los mensajes del
Creador a través de Tanaj en su totalidad. Un ejemplo fundamental es
el Éxodo de Egipto que en verdad ocurrió literalmente como lo
describe la Torá. Fuimos esclavos en la nación más depravada de la
antigüedad, fuimos sometido a trabajo físico forzado, fuimos
explotados, humillados, abusados y asesinados bajo las condiciones
más abyectas. Nuestra tradición oral es abundantemente clara en ese
respecto. Al mismo tiempo estos hechos históricos reflejan el casi
nulo nivel espiritual del cual el Creador elevó a nuestros ancestros
a la libertad mediante milagros, ya que las condiciones eran tan
negativas que sólo con la directa intervención Divina fue posible
salir de los niveles más bajos, y ser elevados a los más altos en
estrecha cercanía con el Redentor hacia tal libertad.
También
debemos estar plenamente conscientes de que la Torá está escrita en
lenguaje humano para que podamos entender las cualidades éticas y
morales del Amor de Dios como sus caminos y medios para relacionarnos
con Él. Nuestros Sabios igualmente explican que el contenido total
de las Escrituras hebreas tiene reglas y directrices estrictas con el
fin de salvaguardar el bienestar individual y colectivo. Lo estricto
de estas reglas refleja el principio fundamental de que Amor no
cohabita con nada a diferente a sus modos y atributos. Debemos
entender lo estricto no como restricción ni limitación a nuestra
libertad individual y colectiva sino como todo lo contrario, porque
Amor se trata de integración y expansión a diferencia de las
cualidades substractoras, restrictivas y limitantes de las fantasías e ilusiones
de ego. Lo estricto de los modos y atributos de Amor tiene como
objeto eliminar todo lo que amenace sus bondades y cualidades
positivas. Así comprendemos lo que nuestros Sabios místicos comunican
cuando se refieren a estar “eternamente vigilantes” y no
desviarnos del “sendero directo y estrecho”
de la
rectitud.
¿Cuáles
son las señales de la Redención prometida por Dios y nuestros
Profetas?
Maimónides
(Rabí
Moshé
Ben Maimón,
el
Rambam) elabora
sobre esto en su Mishné Torá (tratado de Leyes sobre los Reyes)
al igual
que otros exégetas basados en los libros de los Profetas, y tenemos
que entender estas señales en el contexto de nuestros tiempos
actuales. Debemos asimilar la era Mesiánica como el tiempo en
que la Verdad prevalece. Hemos repetido en este blog
que tal
Verdad abarca los caminos y atributos de Amor como la reflexión
material del Amor de Dios por nosotros y toda Su Creación. Esto
significa que vivir en la Verdad es vivir en los atributos de Amor,
porque Amor es la causa de la Verdad. En un sentido ético y moral
práctico, cuando vivimos de, por, con y para la Verdad, no hay nada
diferente o contrario a ella. Vivir con la Verdad individual y
colectivamente es una clara señal de que estamos viviendo la
Redención, que es lo opuesto a las ilusiones de ego. En el momento
en que abandonamos las ilusiones de ego y elegimos abrazar los
atributos de Amor como la Verdad real, estamos redimidos. Cooperación
y solidaridad mutuas también son señales de la era Mesiánica, y en
el judaísmo nos referimos a ambas como tzedaká
(traducida
erróneamente como “caridad”,
y cuyo
auténtico significado es “hacer rectitud como justicia o hacer lo
justo por otros, lo cual es hacer bondad”)
y tiene perfecto sentido porque Redención se trata de hacernos bondad unos a
otros permanentemente.
Una señal
definitiva de la Redención es cuando entronizamos totalmente Amor
como nuestra verdadera Esencia e identidad, como el regente y
gobernante de todos los niveles y dimensiones de la conciencia. En
este sentido entendemos Amor como “el poder floreciente” de
Redención.